Tuxtla Gutiérrez.— Elizabeth Elena Laguna Salgado, de 26 años de edad, soñó con recorrer el mundo, como lo hacen los más de 88 mil misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y por eso, decidió viajar a una escuela de Provo, Utah, en Estados Unidos.

Pero 25 días después de haber ingresado a la Nomen Global Language Center desapareció.

El jueves 16 de abril, a las 14:30 horas, al salir del plantel, colindante con el Rancho Cafe Mexican Food, escribió un mensaje de texto en WhatsApp, que le envió a su hermana Libertad, le decía que acababa de terminar su clase y se iría al departamento, que compartía con un grupo de coreanos. Desde entonces, no se supo nada de ella.

Un día después, su madre y su hermana no recibieron los acostumbrados mensajes de la joven y comenzaron a preocuparse por su ausencia. Sentían alivio al pensar que había extraviado su teléfono, aunque, conforme pasaron las horas, supieron que había desaparecido.

“De inmediato empezamos a llamarle a sus amigos y nos decían que la habían visto salir de la escuela de inglés”, explica Libertad, la hermana menor de Elizabeth Elena.

Libertad Salgado Figueroa, madre de la víctima, cuenta que Elizabeth Elena desapareció la tarde del pasado 16 de abril y desde entonces un ejército de 300 personas se ha sumado a su búsqueda en Provo —un condado de 526 mil 810 personas, ubicado al sur de Salt Lake City—, misión a la que se han agregado los obispos de la Iglesia.

“Estamos muy angustiados”, “ayúdenos a encontrar a nuestra hija”, dice una angustiada Libertad Salgado.

Narra que Elizabeth Elena terminó sus estudios de ingeniería industrial en una universidad de esta ciudad y en lugar de buscar trabajo, optó por apoyar a la Iglesia mormona y viajó a Pachuca, en Hidalgo, donde empezó a laborar como misionera, como lo hacen unos 88 mil jóvenes de entre 18 a 21 años, agrupados en 29 mil parroquias diseminadas en 133 países.

Después de realizar varios meses de trámites, consiguió una beca en Nomen Global Language Center, por lo que decidió tramitar su visa a Estados Unidos y viajar el lunes 23 de marzo.

La joven chiapaneca compartía departamento con dos jovenes originarias de Corea, con las que no intercambiaba palabra, porque al momento de llegar de la escuela, entraban a sus recámaras y no había comunicación con ellas. “No cruzaba palabra con ellas. Se encerraban en sus cuartos”, comenta Salgado Figueroa.

En los 25 días de estancia en Provo, Elizabeth Elena conoció a jóvenes de varios países, pero uno de ellos, de origen árabe, se acercó para decirle que le gustaba y que le pidió que fuera su novia; ella le explicó que por el momento no quería tener una relación y eso molestó al muchacho.

Hoy, el joven es uno de los sospechosos de la policía por la desaparición de Elizabeth Elena, externa Libertad.

Desde el 17 de abril, cuando desapareció Elizabeth Elena, 300 personas rastrean el condado en su búsqueda. Han visitado hospitales, albergues y solicitado la colaboración de la policía.

Desde hace un mes, los padres de la joven, a quienes les otorgaron la visa para viajar a Estados Unidos, encabezaron la búsqueda casa por casa, con la esperanza de encontrarla en algún sitio, pero todo ha sido infructuoso.

Grupos de solidaridad, que se han sumado a la búsqueda de Elizabeth Elena, han colocado carteles con su foto en paredes y postes, crearon una página de internet e imprimieron cientos de playeras y camisas con su imagen. Salgado Figueroa pide clemencia a quien tenga en su poder Elizabeth Elena, “que la entregue ya”.

Los seis hermanos de la joven, desde el mayor, Julio César, no pierden la fe, oran todo el tiempo para pedir que Elizabeth Elena regrese a casa, para abrazarla y decirle que estos días han sido los “más angustiantes”.

Libertad manifestó su molestia contra la diputada Rosbita López Aquino, presidenta de la Comisión de Población y Asuntos Migratorios, del Congreso local, quien ha dicho que “pagó los gastos” para el traslado de los padres de Elizabeth, desde Chiapas a Estados Unidos y “eso no es cierto”.