Ejército capacitando periodistas para cobertura de situaciones de riesgo

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Luis Cardona / diario19.com

Exif_JPEG_422 Temamatla, Estado de México.- En Octubre de 2012 a finales del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, reporteros que cubrían la fuente de la Secretaria de la Defensa Nacional para medios nacionales, extranjeros y freelance, fueron convocados al segundo taller de acercamiento de la milicia e informadores.

No solo las Organizaciones no gubernamentales, en el sexenio de Calderón Hinojosa, implementaron talleres de autoprotección dirigidos a periodistas, también la Secretaria de la Defensa Nacional hizo un esfuerzo para que los comunicadores, muchos de los cuales eran asesinados por las mafias, pudieran prever situaciones de riesgo.

Es mejor, ver a la milicia como un aliado en situaciones de peligro extremo, qué asumir posiciones de blanco para ambos bandos en un enfrentamiento, era la premisa principal en la que se basaba el curso.

Hubo reporteros de casi todos los medios de la capital, incluyendo Proceso y La Jornada. Por cierto que el reportero de la Jornada, se negó a tomar una arma, incluso en los simuladores de Temamatla, mientras la mayoría accedió a disparar con rifles de asalto g-3 y escuadras nueve milímetros.

Luego de un largo discurso dirigido a “estrechar lazos con los informadores y mostrar una serie de gráficas y ejercicios con el interés de que el reportero de Crimen Organizado o Cuestiones de seguridad, lleve a cabo su labor con el menor riesgo”, el teniente coronel Manuel Aroche Palacios, informó sobre la forma de operar de la milicia en situaciones de alto riesgo contra el narcotráfico. En situaciones reales en ese momento, las fuerzas especiales GAFE, habían perdido en batalla a doce miembros de las fuerzas especiales han perdido la vida durante el sexenio panista.

Aroche Palacios, comandante del décimo batallón de fuerzas especiales con tono de orgullo, demostraba a los comunicadores el trabajo hecho durante el sexenio que terminaba y comentó que con la entrada como presidente de los Estados Unidos Mexicanos de  Felipe Calderón, “se apoyó como nunca, la participación de este cuerpo de elite”, que contaba a finales de 2012 con cinco mil elementos distribuidos en diferentes puntos de la República, en franco combate a la delincuencia organizada, tanto en operaciones específicas como en acciones de patrullaje o reconocimiento.

Con orgullo, Aroche y su gente mostraban en las instalaciones del museo de las fuerzas especiales ubicado en las instalaciones de Temamatla, en Estado de México fotografías donde aparecían elementos de Fuerzas Especiales, responsables de las principales capturas, o muertes en enfrentamientos de capos del narcotráfico en el país, como Benjamín Arellano Félix en 2002, Osiel Cárdenas Guillén en 2003, Alfredo Beltrán Leyva, El Mochombo en 2008, Arturo Beltrán Leyva “El barbas”, y otros que purgan condenas o han sido extraditados a los Estados Unidos, donde se les requería.

“Las fuerzas  armadas mexicanas, están para servir a los ciudadanos mexicanos en situaciones especiales de guerra, o en otras específicas como ahora de seguridad nacional”, mencionó Aroche.

“Los reporteros deben saber que el ejército mexicano, juega un papel primordial en la estabilidad de la sociedad, y no son los miembros del ejército mexicano, rivales del informador que cubre los eventos en muchos casos donde la presencia de elementos castrenses entran en acción. Por eso es imprescindible que los periodistas tomen en cuenta los riesgos que implica la cobertura de este tipo de eventos, en los cuales, es mejor cuidar su integridad física, que arriesgarlos a situaciones de peligro en donde incluso pueden perder la vida”

Durante una conferencia dirigida a los reporteros se instó a los periodistas a actuar con criterio y responsabilidad sobre su propia seguridad en primera instancia, y a tomar en cuenta a la milicia como un aliado que puede protegerlo en situaciones extremas, en vez de convertirse en blanco de dos bandos en pugna, en operaciones donde se ambas partes se juegan la vida.

“El acercamiento con los reporteros, es para que en las coberturas de operación del ejército, se tomen en cuenta diez preceptos sustanciales, sacados de los mismos protocolos de seguridad publicados por organizaciones de protección a periodistas”, y enumeró:

1.- Antes que nada, el reportero debe cuidar su integridad usando la razón y criterio.

2.- Debe preguntarse, ¿Vale la pena arriesgar la integridad física por obtener mejor información?

3.- ¿Qué apoyo tengo de la empresa en que trabajo en cuestiones de seguridad, que me permitan desarrollar mejor los reportajes?

4.- El reportero debe informar siempre a familiares, amigos, y jefes los lugares a donde acudirá, así mismo al terminar el trabajo, e incluso mientras se desarrolla el mismo.

5.- Antes de acudir a un hecho que puede ser peligroso, observar el campo del suceso, y poner en la balanza hasta donde puedo llegar.

6.- Conducirme con tranquilidad y respeto hacia las fuerzas armadas, o cuerpos policiacos, que pueden ser quienes me protejan en un momento dado. Es decir, dirigirme a ellos con empatía  “Si la forma de dirigirse es grosera, puedes recibir el mismo trato, como trates serás tratado”, dado el nivel de nerviosismo que se da en rededor del hecho.

7.- En caso de que la escena sea peligrosa, desde antes, observen los lugares o personas que pueden ayudarles a salir de ella, jefes, policías, elementos del ejército, familiares, amigos.

8.- “El Ejército jamás les expondrá a una situación de riesgo. Si llegaran a solicitar salir con un convoy y se te autoriza como reportero, no se les llevará a propósito a una zona de riesgo, para que puedan grabar o fotografiar la situación, si el hecho se presenta, será porque así suceda, y entonces deben seguir las medidas de seguridad que se han indicado en la forma de actuar en situaciones de riesgo en operación (remitiendo a reporteros fotógrafos y camarógrafos a un simulacro de rescate de rehenes y enfrentamiento de grupo criminal, con fuego real que se escenificó en la plataforma de entrenamiento del campo militar).

9.- Lo mejor es no exponerse ni provocar situaciones de riesgo, siempre es mejor buscar inteligentemente la manera de encontrar la información, y estar en contacto con la empresa, o bien que ésta brinde protección contratando empresas de seguridad privadas.

10.- “El personal del ejército se encuentra en la cobertura de los hechos, actuando de acuerdo a sus estrategias y técnicas. Tiene órdenes precisas de mantener a la población incluyendo a los reporteros lo más alejados del peligro, por seguridad de los ciudadanos”.

Bajo estos diez preceptos, se acogió a los reporteros en el tercer módulo llevado a cabo el 24 de Octubre de 2012, con una asistencia de cerca de cincuenta periodistas.

El taller había iniciado el 10 de octubre con  en las instalaciones del Campo Militar número uno, donde el Mayor Iván Ramos, comentó sobre la estrategia del Ejército al utilizar las redes sociales, como Facebook, Youtube y Twitter con la intención de que “la gente nos conozca, que estamos para apoyarla en muchos ámbitos. Quizá lo mejor, lo más visible es que estamos coadyuvando con los cuerpos de seguridad pública, pero queremos que los ciudadanos conozcan que su Ejército realiza otras actividades en beneficio de la población”.

“La Sedena sube videos desde marzo de 2011 a Youtube y a la fecha cuenta con 6 mil suscriptores”, mencionó como dato oficial el mayor Ramos.

Por instrucciones de la SEDENA se indicó a los miembros del ejército la prohibición de publicar en las redes sociales fotografías del personal uniformado, “…esto fue por la propia seguridad de quienes trabajamos en el ejército, no pretendemos limitar la libertad de nuestros miembros, dijo, pero sí tratamos de salvaguardar su integridad física, pues de esa manera, uniformados, pueden ser blanco fácil de la delincuencia organizada”.

El segundo módulo se llevó a cabo en la base Aérea de Santa Lucia donde el Teniente Coronel de Infantería, Diplomado del Estado Mayor Francisco Antonio Enríquez Rojas, aseguró que el armamento incautado en operaciones contra la delincuencia no se reutiliza pues las armas no cumplen con las normas oficiales del Ejército mexicano.

“Es un mito que los criminales cuenten con mejor armamento que los militares, pues tan sólo el manejo de las armas por parte de los delincuentes no es el indicado, ya que se debe ser demasiado cuidadoso”, poniendo como ejemplo que las granadas con las que en ocasiones son atacados los soldados, no explotan porque no tienen el almacenamiento adecuado, ya que estas necesitan de una temperatura especial.

“El Ejército mexicano no utiliza cuernos de chivo, sino rifles automáticos G3 desarrollados en México”, manifestó el capitán Enríquez Rojas tras la pregunta del por qué no utiliza el ejército una arma tan potente y usada en diferentes regiones del mundo, por ejércitos y guerrillas, además de los narcotraficantes mexicanos.

Para dar un ejemplo del trabajo desarrollado informó que del primero de diciembre de 2006, al 26 de septiembre pasado,  se habían han asegurado 122 mil 741 armas de fuego, 12 millones de 623 mil 321 cartuchos útiles y 10 mil 142 granadas de fragmentación, esto en conjunto con los tres niveles de gobierno.

La Sedena por si sola, en el mismo tiempo incautó, de acuerdo a la información, 61 mil 941 armas, 502 mil 482 cartuchos útiles, y mil 790 granadas de fragmentación, las cuales en su mayoría han sido destruidas.

Actualmente de 206 mil militares, 45 mil efectivos realizan tareas contra la delincuencia organizada en tres niveles: intercepción de enervantes, erradicación de plantíos de marihuana y amapola y el combate frontal a las organizaciones criminales.

Por otra parte indicó que la SEDENA, mantiene “blindadas” las fronteras de México para evitar el trasiego de drogas donde la Fuerza Aérea Mexicana, realizan sobre vuelos y vigilancia con aviones no tripulados para detectar grupos del crimen organizado que pretendan transportar droga, mencionando que prácticamente en 2008, se erradicó la transportación  aérea de estupefacientes, con los sobre vuelos de aeronaves, que recorren el país, detectando cultivos, los cuales son fumigados con aeronaves especiales y destruidos.
En Santa Lucía, Estado de México, la SEDENA informó que 135 militares han fallecido en la lucha contra el crimen organizado, además de que las aeronaves han sido agredidas en 2600 ocasiones.
El último módulo con el que termina el taller de acercamiento incluye en la Dirección General de la Industria militar, en Tecamachalco, Estado de México, la fabricación del armamento del Ejército, donde se observaran las pruebas que se realizan de calidad a las armas y posteriormente proceso del vestuario y la confección del equipo que utiliza la milicia, esto, en las instalaciones de El vergel, también en el Estado de México.

Finalmente los reporteros ya para terminar el mes, fueron llevados a la fábrica de armas de la SEDENA y cerraron el curso en el campo Marte.

A poco más de un año de efectuado el taller de acercamiento, las relaciones entre quienes se meten en los enfrentamientos a trabajar para informar y la milicia, continúan como antes de los dos talleres de acercamiento que se tuvieron.

La comunicación oficial, es menos fluida que en el sexenio de Calderón, y pocas son las ocasiones en que la milicia abre sus puertas a los medios.

A Ricardo González entonces oficial de protección, le pareció “raro” que la SEDENA llevara a cabo ese tipo de instrucción, similar a la que brinda Articulo 19 en sus cursos de prevención a periodistas.

Mike O´connor del Comité de Protección a Periodistas, consideró válida la situación, argumentando que si realmente existía l aintención del gobierno federal de procurar seguridad a los reporteros, se pudiera tomar a bien. Pero, dijo, si es solo para manipular situaciones de aparente acercamiento, resulta necio un programa de ese tipo.