En lengua maya-yucateco, Xcambó tiene dos acepciones: “cocodrilo celestial” o “lugar de trueque”. Quizá la segunda sea la más probable, ya que Xcambó fue uno de los puertos comerciales más importantes que ocuparon la costa norte de la península de Yucatán.
Las investigaciones de la arqueóloga Thelma Sierra indican que la producción de sal vertebró el eje de la economía de Xcambó, pues rápidamente se convirtió en el centro administrativo de las salinas de Xtampú y de las localizadas a lo largo de la costa norte, así como las del noroeste. A ese lugar también llegaban todos los bienes captados a través del comercio marítimo a gran escala, donde circulaban materias primas y objetos manufacturados transportados desde regiones distantes, como la jadeíta, la concha, la obsidiana y la cerámica.
Las evidencias indican que las salinas del norte de Yucatán fueron explotadas y comerciadas desde finales del Preclásico tardío bajo la hegemonía de Dzibilchaltún. Durante el Clásico temprano surgieron nuevos asentamientos, como Xcambó, Providencia y San Crisanto que aunque también explotaron la producción de las salinas, debieron estar vinculados con Izamal.
Con información del Museo Nacional De Antropología