Para celebrar la diversidad en la unidad y la equidad, en el marco de los 10 años de la iniciativa musical de Iberorquestas Juveniles y en el contexto de la Semana de la Cooperación Iberoamericana; la Orquesta Escuela Carlos Chávez fue la anfitriona de la Orquesta Juvenil Iberoamericana (OJI), en un concierto que se realizó este domingo en el Complejo Cultural Los Pinos.
El encuentro musical, que reunió a unos 26 jóvenes instrumentistas del programa Iberorquestas Juveniles provenientes de Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Panamá y Uruguay; más los 24 integrantes de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, fue resultado de una residencia artística de cinco días que tuvo la Orquesta Juvenil Iberoamericana en la Ciudad de México.
Con ello, comentó el compositor y director de orquesta uruguayo Ariel Britos, presidente del programa Iberorquestas Juveniles, “estamos avanzando más allá de los proyectos bilaterales. Estamos avanzando hacía proyectos multilaterales, eso significa que todos los recursos se están uniendo para que todos los países podamos disfrutar de manera equitativa de todas las capacidades de cada uno. La idea es llevar a los países las cosas que les están faltando y poder entregar al mismo tiempo, aquellas fortalezas que cada nación tiene”.
La Cooperación “es la unión de jóvenes de Iberoamérica tocando en una orquesta, buscando el bien común, buscando generar belleza y desarrollando la interdependencia, donde todos importan de igual manera. Es aquí, a través de la música, donde se transversaliza la cooperación. Gracias a México donde se llevó a cabo este intercambio y ojalá se tenga la misma oportunidad en el resto de los otros países, de generar un nivel de reciprocidad, para que ésta labor no sea una excepción, sino una costumbre y una tradición”, expresó Britos al inicio del concierto. “Celebremos que somos diferentes e iguales”, dijo.
El programa del concierto estuvo compuesto por las obras Punto Santa Librada, del compositor panameño Edgardo Quintero, con dirección de Dino Nuget, Meditación, compuesta y dirigida por el músico hondueño Jorge Gustavo Mejía, el mismo Ariel Britos se encargó de dirigir la partitura Toccata, del también compositor uruguayo Héctor Tossar y la orquestación de dos canciones compuestas por Jorge Drexler, tituladas Sea y Todo se transforma; interpretadas como parte del concierto por el mismo cantautor uruguayo.
La participación de Drexler permitió se efectuará un breve conversatorio con él, sobre música y su milenario origen.
Con información de La Jornada.