Los Rastrillos, agrupación representante del reggae mexicano, tocaron en la Alhóndiga de Granaditas el sábado, en la edición 47 del Festival Internacional Cervantino. Sus canciones son una mezcla de varios géneros con la música mexicana; exploran diversas corrientes como el jazz, el funk, el soul, el bossa nova, la salsa y la cumbia.
En el recital celebraron tres décadas de trayectoria ininterrumpida; desde su fundación en la alcaldía Iztapalapa en 1989, la banda es reconocida internacionalmente y ha logrado ser catalogada por la revista especializada, Billboard como una de las mejores bandas de fusión en el mundo.
“Es un sueño estar en el Cervantino, ya que es un parteaguas en la cultura, siempre pensamos en venir a tocar pero por diferentes razones hasta este año se dio la oportunidad; el reggae mexicano logró posicionarse en los centros culturales y estar aquí es una doble celebración, por los primeros 47 años del Cervantino y los 30 años de los Rastrillos”, compartió el músico fundador del grupo y locutor de radio, Gerardo Pimentel, “El Zopi” en entrevista.
Los que iniciaron el baile fueron Los Aguas Aguas, banda veracruzana promotora y difusora de la música jarocha. El grupo fundado en Xalapa en 2005, fusiona una vasta gama de estilos y ritmos musicales; tiene influencia de la música jamaiquina, la música tradicional mexicana y sobre todo la música de la costa de ese estado.
Para tener una carrera tan larga como la de Los Rastrillos, se necesita también la diversidad de foros. “Siempre que hay un cambio de administración en el gobierno, se entra en crisis, lo primero que cortan es la cultura, se reducen los espacios para difundir la música.
“Creer en nuestra propuesta fue lo que nos ayudó para llegar a estos 30 años, el buscar difusión para la banda, siendo independientes fue difícil. Somos una tripulación que nos mantenemos flotando mediante la música” añadió El Zopi.
El turno de la banda capitalina se engalanó con la participación de Iraida Noriega, reconocida como la cantante de Jazz más importante de México, con ella interpretaron No me doy cuenta, después persuadieron al público a seguir bailando con canciones como Luces.
“La asociación de la mariguana con el reggea es por medio de la cultura rasta, un punto de vista espiritual; estamos a favor de la despenalización, no es necesario fumarla para tocar reggae, hay que recordar que ese género ya es Patrimonio Intangible de la Humanidad y quiere decir que tiene una propuesta cultural, de derechos humanos, de igualdad.
“Lo que aprendimos en todos estos años es que necesitas mucha disciplina y trabajar, es lo que recomendamos para las nuevas generaciones del reggae.
Con información de La Jornada.