La creciente disponibilidad de armas de fuego en el país ha reconfigurado la violencia que se ejerce en contra de mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+.
Se estima que hay 15 millones de armas de fuego circulando en el país. De acuerdo con los datos recabados en el informe “Violencia de género con armas de fuego en México”, de Intersecta, Data Cívica, EQUIS Justicia para las Mujeres y el Centro de Estudios Ecuménicos, se sabe que algunas de las implicaciones en la vida de las mujeres se materializan en agresiones, ataques y asesinatos.
En la actualidad, las armas de fuego son las protagonistas de los asesinatos de mujeres: en 2006, tres de cada 10 mujeres perdían la vida de esta forma, ahora son seis de cada 10; y hay estados, como Colima y Guanajuato, donde son casi ocho de cada 10. El cambio se asocia con la transformación de la estrategia de seguridad pública y la intensificación de la militarización en nuestro país desde el gobierno de Felipe Calderón.
En el caso de las personas de la comunidad LGBTIQ+, son las mujeres trans, en situación de vulnerabilidad y trabajadoras sexuales, quienes encabezan las cifras de violencia letal con armas de fuego. En los testimonios que se recabaron en el informe, víctimas y activistas como Kenya Cuevas y Natalia Lane dan constancia de lo expuestas que están a este tipo de violencia, y hablan de los obstáculos que enfrentan para acceder a la justicia cuando son víctimas de ella.
La violencia armada ha generado grandes pérdidas humanas y sufrimiento. Si bien es difícil estimar esta violencia más allá de los homicidios, los datos disponibles no consuelan. Estos muestran que las armas de fuego han llegado a las viviendas, las escuelas, los trabajos y las comunidades. Y han trastocado las vidas de muchas personas.
Por ejemplo, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, en 2015 —cuando se recabaron los datos— 24 mil 469 mujeres reportaron haber sido lastimadas con un arma de fuego, y poco más de un millón dijeron haber sido agredidas por un arma blanca o de fuego en su entorno comunitario.
En este sentido, 102 mil 424 mujeres reportaron agresiones con armas blancas o de fuego dentro del ámbito familiar —violencia ejercida por padres, hermanos/hermanas, familia extendida y política, entre otros—; 14 mil 032 en el espacio escolar, así como 42 mil 484 en su entorno laboral. Quienes fueron agredidas en su comunidad, señalan a personas desconocidas como las responsables.
La violencia armada no sólo afecta a las personas que reciben los disparos, sino también a sus familias, particularmente a mujeres, niñas y niños, quienes asumen, por ejemplo, trabajos de cuidado adicionales tras la pérdida de sus personas cuidadoras y proveedoras principales.
El tema de las armas de fuego se ha visto desde la óptica de la política exterior y de la seguridad pública de manera general. Las organizaciones Intersecta, Data Cívica, EQUIS Justicia para las Mujeres y el Centro de Estudios Ecuménicos proponemos que se aborde, también, desde una perspectiva de género, interseccional y de cuidados que tenga al centro las voces de víctimas, activistas y expertas.
Para consultar todos los detalles, descarga el informe “Violencia de género con armas de fuego en México”.