Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investigan el origen del coronavirus COVID-19 en China visitaron el domingo el mercado de Huanan, en Wuhan, donde se detectó el primer brote de la pandemia hace un año.
El mercado, donde se vendían animales salvajes vivos, está cerrado desde enero de 2020, y los guardias solo dejaron entrar a los vehículos del equipo de investigación de la OMS.
El equipo terminó la cuarentena de 14 días el jueves y comenzó su investigación de campo el viernes.
Esta visita es políticamente muy sensible para Beijing, acusada de haber tardado en reaccionar a los primeros casos de covid-19 reportados a finales de 2019 en Wuhan, una enorme metrópoli del centro de China.
El gobierno comunista casi no comentó la misión y minimiza su alcance. “No se trata de una investigación”, dijo el viernes un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian.
El domingo, los expertos no respondieron a ninguna pregunta cuando llegaron al mercado.
Los miembros de los servicios de seguridad dijeron a los periodistas presentes en las inmediaciones que se marcharan.
Peter Daszak, uno de los miembros del equipo, tuiteó que se habían realizado “visitas a lugares muy importantes, un mercado mayorista primero y ahora el mercado de pescado de Huanan”.
“Muy informativo y crucial para permitir a nuestros equipos conjuntos de entender la epidemiología del COVID, cómo empezó a propagarse a finales de 2019″, añadió el presidente de EcoHealth Alliance, una asociación con sede en
Estados Unidos y especializada en la prevención de enfermedades.
El diario nacionalista Global Times publicó hace unos días un artículo en el que relativizaba la importancia de este mercado en el origen de la pandemia, afirmando que las “investigaciones” sugerían que no era el origen de la epidemia.
El domingo, el periódico matizó la cuestión y dijo que “la posibilidad de que el coronavirus llegara a través de los productos de la cadena de frío en Wuhan, o más específicamente, al mercado de Huanan (…) no puede descartarse”.
Al principio, los responsables chinos identificaron los animales salvajes vendidos en Huanan como el origen probable de la epidemia.
Pero, desde entonces, los medios oficiales consideran que el virus brotó probablemente fuera, y que pudo ser importado a Wuhan.
No hay ninguna certeza científica sobre la cuestión del origen, y puede ser que no surgiera del mercado de Huanan.
En efecto, se necesita mucho tiempo para que un virus mute para ser altamente contagioso. Y el virus detectado en diciembre de 2019 ya era muy transmisible.
Con todo, las autoridades chinas no han presentado ninguna prueba de la posible introducción del patógeno desde el extranjero.
El domingo por la mañana, los expertos de la OMS también visitaron el gigantesco mercado mayorista de Baishazhu.
Durante las primeras semanas de la epidemia, el gobierno comunista fue criticado por su gestión pero ahora se jacta de su victoria sobre el coronavirus, a diferencia de lo que está ocurriendo en el resto del mundo.
China fue capaz de limitar el contagio a menos de 90,000 casos y a una cifra de 4,636 muertos, según el recuento oficial.
En el mundo, el COVID-19 ha causado más de 2 millones de muertos y más de 102 millones de contagios.
Con información de AFP