Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sigue estable y bien tras haber enfermado de COVID-19, aseguró el miércoles la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez.
El mandatario de 67 años, que sufre hipertensión y tuvo un ataque cardíaco en 2013, tiene síntomas menores, según han reportado varios funcionarios, desde que informó el domingo que se había contagiado y estaba en tratamiento médico.
“Está muy bien, o sea la verdad es que está bien, muy bien, está muy fuerte, está muy optimista”, dijo Sánchez en conferencia de prensa.
Olga Sánchez Cordero agregó que hoy miércoles 27 de enero, ella se realizará otra prueba PCR para detectar si tiene COVID-19.
“Hoy me voy a hacer la prueba en la tarde, la prueba de los 4-5 días posteriores, créeme que en todas las pruebas que me he practicado, todas han sido negativas, espero que sea el mismo resultado con esto, dicen que hasta di a conocer mi edad.
Desde el día domingo nos hicimos dos pruebas, la primera una PCR, que es el procedimiento más común, también la de anticuerpos y estamos bien, de todas maneras, el protocolo indica que debemos hacernos prueba hoy o mañana, estamos en constante monitoreo”, comentó la secretaria de Gobernación.
Ayer martes, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell dijo que López Obrador está evolucionando bien.
“Lleva apenas dos días desde que empezó con los síntomas durante el fin de semana y ha permanecido prácticamente igual en términos de sus síntomas. Son síntomas mínimos”.
El portavoz del presidente, Jesús Ramírez, dijo el martes que AMLO sintió por primera vez síntomas el domingo y se realizó una prueba después de volar de regreso a la capital desde un evento en una ciudad central.
Agregó que se estaba contactando a los pasajeros del vuelo y que se recomendó aislar a los periodistas que viajaban con el presidente.
Las personas que se reunieron con López Obrador durante la gira de tres días, el fin de semana, incluyeron capitanes corporativos y su exjefe de gabinete, Alfonso Romo.
El mandatario ha sido criticado por el manejo de la pandemia en su país, que ocupa el cuarto lugar a nivel mundial respecto a muertes vinculadas al coronavirus, y por negarse a usar cubrebocas tanto en actos públicos como en reuniones privadas, pese a su apretada agenda de actividades.