César Sáenz excavó en 1960 la Cámara de las Ofrendas de Xochicalco, Morelos, y halló una considerable cantidad de bienes de lujo, entre ellos los fragmentos de un guerrero de barro que formó parte de una vasija efigie que los pobladores del sitio destruyeron intencionalmente.
Este guerrero ricamente ataviado y policromado atestigua parte de la estética corporal, la indumentaria y los instrumentos bélicos de la época. Durante mi última temporada de campo incluso recuperamos una cabeza de barro similar en el sitio epiclásico de Mesa Tanthé, en la región septentrional del Valle del Mezquital en Hidalgo, lo que hace pensar en una circulación amplia de ideas durante el Epiclásico mesoamericano (650-900 d.C.).
Plano de Xochicalco, Morelos. La Cámara de las Ofrendas se ubica al sur de la fachada de la Estructura A (señalada en rojo).
Detalle de la cabeza del guerrero. Nótese parte del tocado, las orejeras y la nariguera con pigmento azul. Ésta última solamente era usada por miembros de la elite.
Con información del Museo Nacional de Antropología