diario19.com / Agencias
De las 22 personas procesadas por el incendio en la guardería ABC, 19 fueron condenadas con penas que van de 20 a 28 años de prisión.
El abogado de los padres de los niños fallecidos, Gabriel Alvarado, confirmó al diario Reforma la conclusión del caso en esta primera instancia, que contempla una sanción condenatoria y sin beneficio alguno.
“No les está otorgando el juez ningún tipo de beneficio ni ningún tipo sustitutivo de prisión, ¿eso que significa? Que tienen que ir a la cárcel, pero cuando esa sentencia esté en posibilidades de ejecutarse”, afirmó.
El litigante señaló que anoche el juez ordenó hacer las notificaciones a los procesados, por lo que se presume que se estarían ejecutando algunas órdenes de aprehensión.
Explicó que de las 22 personas involucradas, sólo libran la cárcel e incluso quedan absueltas las tres supervisoras de zona de guarderías del IMSS: Irene Botello Amante, Yadira Barreras e Irma Crescencia Díaz Gámez.
“Ellas tres ya no llegaron al final con el delito de homicidio y el de lesiones, porque en el transcurso del proceso ganaron amparos, llegan sólo con el delito de ejercicio indebido de funciones y de ese resultaron absueltas”, comentó a Reforma.
“Los otros 19 de esos 22 recibieron sentencias condenatoria de hasta 28 años y meses de prisión”, sin embargo, se prevé que haya impugnaciones.
La tarde del 5 de junio de 2009, el incendio en la guardería ABC, al sur de Hermosillo, provocó la muerte de 49 niños y lesiones en más de 106.
Detalló que son 11 personas las condenadas a 28 años y 5 meses de prisión, entre ellas Sandra Luz Téllez Nieves y Antonio Salido Suárez, socios y directamente responsables de la guardería.
En este grupo está también el exdelegado del IMSS, César Arturo Leyva Lizárraga; la coordinadora de Guardería del IMSS, Nohemí López Sánchez, y el ex coordinador de Protección Civil en Sonora, Willebaldo Alatriste.
Así como el ex director de Protección Civil de Hermosillo, Roberto Copado Gutiérrez; el jefe de Bomberos, Martín Lugo Portillo; y Arturo Dávila Pacheco, oficial de Bomberos.
El abogado aclaró que la sentencia a los ocho trabajadores de la bodega de Hacienda, lugar donde inició el fuego, es de 20 años y 4 meses de cárcel.
“Están muertos”
Aquel 5 de junio, el día en la oficina había corrido con lentitud para Martha.
Inquieta, como a la una de la tarde habló con su esposo, Antonio, y a la media hora de colgar unos compañeros de trabajo de su pareja le avisaron que algo había pasado en la guardería. Antonio fue a ver de qué se trataba.
Entonces, Martha le habló a Fabiola, mamá de otro de los niños, para avisarle y ésta fue de inmediato a la guardería, minutos después le regresó la llamada: “La guardería se está incendiando, los niños están muertos…”, avisó.
“En la oficina había una figura de la Virgen de Guadalupe y lo único que hice fue tirarme al piso, hablé con ella, le pedí que mi niño, Jesús Antonio, estuviera bien porque era muy inteligente y si algo había pasado él tenía que salir…”, pasados unos minutos llegó su esposo, le dijo que a su hijo lo habían llevado al hospital, sin embargo, no lograron encontrarlo en ningun centro de salud.
Una amiga de su esposo, que trabajaba en un hospital, le pidió que le enviara la fotografía del niño para buscarlo. Lo encontraron 40 minutos después en terapia intensiva en el Centro Médico CIMA (hospital privado).
“Los doctores nos informaron que mi hijo tenía 80% de su cuerpo quemado, el aparato respiratorio quemado por el humo inhalado. Lo único que esperaban es que se mantuviera estable, que no le fallaran los pulmones”, recuerda Martha cubierta en llanto.
Insensibilidad médica
Para el día 6 de junio, los médicos les avisaron que trasladarían al pequeño al Seguro Social, pero se negaron porque otros especialistas de la ciudad de México les habían notificado que Jesús Antonio no era candidato para traslado.
En reproche, los médicos dijeron que no podrían estar 100% pendientes del pequeño. Incluso, el entonces director del CIMA admitió que este hospital privado “no estaba capacitado para cuidar a los niños quemados”.
Peor aún, una de las enfermeras que acompañaba a los especialistas soltó: “Señora, a su hijo le va a pasar lo mismo si se queda o se va”.
La insensibilidad de esta trabajadora retumbó en sus oídos y al final autorizaron el traslado.
“Fue trasladado y dos horas después me dijeron que mi hijo había fallecido, que no había aguantado el traslado, le sobrevinieron dos paros respiratorios y tres paros cardiacos. Mi hijo sólo llegó al hospital del IMSS a morir”, relata.
Desde entonces, su vida se derrumbó. Por más de un mes no salió de su casa. Al trabajo volvió, pero no se recuperó. Hoy, enfrenta la vida junto a su esposo, sus dos hijos y uno más que está por nacer. Clama por justicia para por fin llorar su duelo y renacer, tras la tragedia.
“Fue un día horrible”
Aprender y luchar a vivir es la promesa que Liliana hizo a su hija Ximena Álvarez Cota hace seis años en una cama de hospital, donde la pequeña no superó las heridas provocadas por el incendio.
“Ese fue un día horrible para todos, me quitaron a mi hija, pero mi vida no y tengo que salir adelante”, señala.
Ximena asegura que el sentimiento de pérdida todavía es más fuerte este año, porque hay elecciones, al igual que en 2009, Como entonces, los políticos en campaña prometen justicia para las víctimas, pero ésta no llega.
“Siento que los políticos no deben utilizar el tema de ABC con fines electorales, porque son políticos los responsables de lo ocurrido en la guardería y al convertirse en gobierno siempre van a estar involucrados”, sintetiza.
Pese a todo, Ximena mantiene la esperanza de que se sepa lo que realmente ocurrió en esa guardería, de nombre ABC, ubicada en la colonia Y Griega, y donde el fuego de aquella tarde sigue vivo en las entrañas de las víctimas.