‘Realicé muchas ejecuciones y ‘levantones’, dice; tenía 14 años

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Diario 19

 

En México hay 11 millones de adolescentes de 14 a 17 años, que representan cerca del 10% de la población total del país y, en 2016, 3 mil 761 de ellos ingresaron a centros de internamiento

Un total de 13 mil 327 adolescentes están sujetos a algún tipo de medida por haber cometido un delito, de ellos, 3 mil 761 están privados de su libertad, mientras que de esta cifra el 12% ha formado parte del crimen organizado.

El 93% de los adolescentes que han cometido algún delito son hombres, mientras que quienes se encuentran privados de su libertad por haber cometido algún delito considerado grave, el 96% son hombres (3 mil 600) y 4% mujeres (161).

 

En México hay 11 millones de adolescentes de 14 a 17 años, que representan cerca del 10% de la población total del país y, en 2016, 3 mil 761 de ellos ingresaron a centros de internamiento por delitos como narcomenudeo, secuestro, homicidio y extorsión, según el informe especial “Adolescentes: vulnerabilidad y violencia”, un trabajo respaldado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

 

Para realizar el informe se levantaron entrevistas a 631 adolescentes hombres y 99 mujeres que se encontraban en algún centro de internamiento de 17 entidades representativas de todas las regiones del país. Dicha población representa casi la quinta parte (19%) de la población total de los y las adolescentes privados de libertad, por lo que el estudio ofrece un panorama detallado de la problemática.

Del informe se desprende que 452 de los entrevistados estaban internados por crimen organizado, aunque 35% dijo haber cometido un delito siendo parte de algún grupo criminal. Asimismo, el 35% manifestó no ser primo- delincuentes, sino llevar algún tiempo cometiendo delitos.

 

El principal instrumento para la justicia adolescente es la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes, de 2016, la cual es aplicable a personas entre 12 y 18 años de edad y también aplica para los mayores de esa edad que hubieran cometido el delito siendo adolescentes. Los mayores de edad que hubieran cometido el delito siendo menores de edad, de acuerdo con la ley, deberían estar en espacios diferentes tanto a los de los adolescentes como a los de los adultos. Asimismo, estipula que la privación de la libertad de los adolescentes sólo debe emplearse como último recurso y por el menor tiempo posible.

El estudio también revela que en numerosos delitos donde participaron menores de edad había policías o militares involucrados, pues 16% manifestó que alguna de las personas que participaron era, en ese momento o había sido con anterioridad, miembro de alguna corporación policial o del Ejército.

Durante el periodo 2000-2015 desertaron 149 mil militares del Ejército Mexicano. Algunos especialistas han señalado que las principales causas por las que deciden abandonar la institución, son: los sueldos bajos comparados con el alto nivel de riego; las jornadas de seis meses sin poder ver a sus 90 familias y, la falta de doctrina militar.

El 35% de los menores entrevistados para el análisis señalaron que formaban parte de un grupo de la delincuencia organizada y que, generalmente, se ocupaba de traficar drogas y/o armas, de organizar secuestros y de enfrentar violentamente a grupos rivales.

En ocasiones, los adolescentes proporcionaron el nombre de ese grupo, las razones o la manera como ingresaron y las funciones que desempeñaban.

Cuando me salí de la escuela unos vecinos me daban para beber y mariguana, después me contactaron con policías y ellos me llevaron con el grupo. A los 11 años, me integré al Cártel del Milenio y a los 12 me llevaron a vivir con ellos. El grupo lo integraban de 6 a 8 personas casi todas mayores de edad, y vivíamos en la misma casa. Mi trabajo consistía en levantar, secuestrar y ejecutar. Ellos elegían a las personas y yo cumplía con lo que me dijeran que había que hacer. Realicé muchas ejecuciones y ‘levantones’ y participé en algunos secuestros. Cada mes me pagaban mínimo 15 mil pesos y después de cada trabajo me daban alguna cantidad, una vez fueron 50 mil pesos. Una parte se la daba a mi mamá y la otra era para comprar droga”. Pável, 17 años, lleva casi tres años internado en Guadalajara y le quedan poco más de 3 años para cumplir con la sentencia.

Las entidades donde más jóvenes dijeron haberse enrolado en el crimen organizado son Edomex, con 75%; Zacatecas, 65%; y Baja California con 51%.

En un segundo grupo están los adolescentes que dijeron haber cometido el delito porque formaban parte de alguna pandilla o banda en su colonia la que, generalmente, se reunía con el propósito de organizar fiestas, beber y/o consumir drogas y, a veces, pero no siempre, para robar o enfrentarse con otras pandillas que invadían o disputaban su territorio.

Al principio, me involucré en la delincuencia por unas amistades, pero, lo que me permitió continuar, fue porque no quise regresar a mi casa por orgullo, por los conflictos que teníamos a causa de que yo consumía drogas y no me gustaba que me dijeran nada. Entonces, uno necesita dinero y, cuando estás rodeado de esas amistades, te parece fácil, o en ese momento así lo piensas porque te orillan a hacerlo y en ese momento no te das cuenta, no piensas. Primero empecé por vender drogas y luego los homicidios”. Vicente, 23 años, se encuentra recluido desde hace casi 7 años en el centro de internamiento de Ciudad Juárez.

Por último, en un tercer grupo se encuentran los adolescentes que dijeron haber cometido el delito solos, o con amigos, pero sin que formaran parte de algún grupo o banda delictiva. En este último caso se encuentran quienes pudieron haber cometido homicidios por conflictos personales o familiares, o en el contexto de algún robo o violación.

En donde se dan más este tipo de delitos es en Oaxaca, 56%; Chihuahua, 53%; y Durango, 50%.

QUIERO SER SICARIO

 

Del estudio se desprenden los rasgos que caracterizan los delitos y las motivaciones de las y los adolescentes que formaban parte de grupos de la delincuencia organizada:

*El deseo de imitar un estilo de vida que los adolescentes han podido observar en su entorno y que incluye: armas, autos, alcohol, drogas, sensación de poder y otros lujos y excesos a los que consideran que sólo pueden acceder uniéndose a esos grupos.

*Modelos o personajes dentro de esos grupos que ellos desean imitar.

*Deseo de formar parte de un grupo que les brinde la sensación de pertenencia, de protección, de solidaridad, equivalentes o sustitutas a las de una familia.

*Algunos han normalizado la pertenencia a esos grupos como resultado de haber crecido y convivido de manera cotidiana con una familia que formaba parte de los mismos.

*Se les hace creer que las personas a las que dañan lo merecían porque habían obtenido dinero, bienes o un status social de manera indebida, o bien por ser enemigos o disputar el territorio de su grupo.

*También se les hace creer que ellos deben estar dispuestos a acatar y ejecutar todas las órdenes que se les den, lo que, ante ellos mismos, podría darles la sensación de no tener responsabilidad ya que sólo obedecían órdenes.

*La adrenalina que les produce vivir constantemente en situaciones de peligro, resulta atractiva para algunos jóvenes.

*Formar parte del grupo les produce una sensación de dominio, de control, de formar parte de un poder paralelo que disputa o pretende substituir al poder del Estado.

*La participación en algunos grupos de exmilitares o policías, contribuye a que la línea que divide lo legal de lo ilegal, se difumine, y contribuye a que los adolescentes adopten una actitud cínica frente a sus propios actos ilegales.

*Formar parte de estos grupos, en un entorno donde gozan de aceptación, les brinda status y, en este sentido, puede aparecer como una opción “legítima” de vida.

Aquí puedes consultar o descargar el informe completo:

Informe_adolescentes by InformesParaCompartir on Scribd

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