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El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) condenó el secuestro del periodista mexicano José Moisés Sánchez Cerezo y exhorta a las autoridades a hacer todo lo posible para encontrarlo y detener a los responsables.
Varios individuos armados no identificados secuestraron a Sánchez mientras estaba en su casa en el municipio de Medellín de Bravo en el centro del estado de Veracruz en la tarde del viernes y confiscaron su computadora, su cámara y otros materiales electrónicos, según informes de prensa. Nada se ha sabido sobre el paradero del periodista desde entonces, según los informes.
Sánchez trabaja como taxista y ha utilizado el dinero que ha ganado para fundar el periódico La Unión, un pequeño semanario impreso que también se publicó en Internet y cubre eventos locales en Medellín de Bravo. El periódico con frecuencia criticaba a las autoridades locales, en particular al alcalde, Omar Cruz Reyes, y denunciaba actividades criminales a nivel local como así también la pobre calidad de servicios básicos como la recolección de basura y la ausencia de alumbrado público. Un reportero local quien pidió permanecer en el anonimato por temor a represalias indicó al CPJ que Sánchez no había publicado el periódico impreso hacía varios meses por dificultades económicas. El último artículo publicado en elsitio web de La Unión data del mes de abril, según la investigación del CPJ.
En meses recientes, según periodistas locales e informes de prensa, Sánchez había publicado en Facebook comentarios críticos, vínculos a distintos artículos y videos. También actuó como fuente para otros periodistas de Veracruz, a quienes les proporcionó fotografías e información.
En los días previos al secuestro, el periodista publicó en Facebook varias fotografías de protestas contra el gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, así como también vínculos a artículos sobre un reciente asesinato. El 13 y el 14 de diciembre, publicó una serie de artículos, comunicados de prensa y un video relacionado con la formación de un grupo de autodefensa vecinal en respuesta al crimen local. No resulta claro si Sánchez fue el autor del material publicado en Facebook. Además de informar sobre sus actividades, Sánchez era activo en el grupo de autodefensa vecinal, según los informes.
El periodista que prefirió permanecer en el anonimato indicó al CPJ que la información sobre los grupos de autodefensa ciudadana es particularmente sensible para los funcionarios locales que intentan minimizar las falencias de las fuerzas de seguridad locales. El hijo del periodista, Jorge Sánchez, señaló a la agencia The Associated Press que su padre había sido amenazado por el alcalde en relación con su cobertura sobre los grupos de autodefensa.
En una conferencia de prensa el lunes, el alcalde negó cualquier vínculo con el secuestro y afirmó que cooperaría con la investigación, según la AP. Autoridades estatales indicaron hoy en un comunicado que varios policías municipales habían sido detenidos para ser interrogados en relación con el crimen, pero no ofrecieron mayores detalles.
En una conferencia de prensa el sábado, el gobernador Duarte se refirió a Sánchez como “un activista y taxista”. El domingo, luego de las críticas de los periodistas locales, el vocero de la gobernación publicó en las redes sociales que el gobernador se había reunido con la familia de Sánchez y se refirió a él como periodista, segúninformes de prensa.
“Las autoridades de Veracruz tienen un historial de denigrar el trabajo de los periodistas locales y un record de impunidad miserable en los casos de crímenes contra la prensa”, afirmó Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ. “Las autoridades locales deben encontrar a José Moisés Sánchez Cerezo de inmediato, traerlo a un lugar seguro y garantizar que los secuestradores sean enjuiciados”.
Veracruz es uno de los estados más peligrosos para la prensa en México, según la investigación del CPJ. Desde 2011, al menos tres periodistas cayeron en cumplimiento de su labor, según la investigación del CPJ. El CPJ continúa investigando las muertes de al menos seis otros periodistas bajo circunstancias poco claras. Al menos tres periodistas han desparecido en el mismo estado en el mismo período. En el pasado, el gobernador Duarte ha intentado desestimarcualquier vínculo posible entre los asesinatos de periodistas y su trabajo profesional.
La violencia vinculada al narcotráfico ha convertido a México en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo, según datos del CPJ. Más de 50 periodistas han sido asesinados o han desaparecido desde 2007. México ocupó el séptimo puesto en la edición 2014 del Índice de Impunidad del CPJ, que se enfoca en las naciones donde los periodistas son asesinados sin que se enjuicie a los responsables de los crímenes.