El tercer fideicomiso más jugoso y que SEDENA puede gastar en lo que sea

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El “guardadito” del Ejército ha crecido casi mil por ciento desde que inició el sexenio, y ya es el tercer fideicomiso más cuantioso del Gobierno federal.

Cuando terminó el Gobierno pasado, el Fideicomiso de Administración y Pago de Equipo Militar (Fidape), creado en el año 2007, tenía un saldo de 5 mil 40 millones de pesos.

En 2020 cerró con 48 mil 779 millones de pesos, es decir, en dos años del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador creció 967 por ciento.

Según el último informe trimestral publicado por la Secretaría de Hacienda el 29 de enero, en relación al cierre de septiembre tuvo un aumento de 18 mil 613 millones de pesos, o 61 por ciento más.

La Sedena puede usar este dinero prácticamente para lo que quiera, lo mismo para obras que para compras de equipo, aunque en este rubro, lo más caro son los aviones y helicópteros, de los cuales no está planeada ninguna adquisición en este gobierno.

El Fidape podría servir para seguir pagando de 2022 a 2024 los proyectos prioritarios de AMLO, en caso de que Morena pierda este año la mayoría en la Cámara de Diputados, y la Oposición se niegue a seguir autorizando fondos para obras como el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía y la Refinería de Dos Bocas, que han sido financiadas exclusivamente con recursos del PEF.

En 2020, la Sedena excedió en 33 por ciento el presupuesto que tenía asignado.

De 94 mil millones de pesos autorizados, terminó erogando 124 mil 212 millones, monto sólo superado por la SEP y la Secretaría de Bienestar, aunque no está claro si parte de este excedente fue enviado al fideicomiso, o si recibió transferencias directas de Hacienda.

A estas alturas, luego de la extinción de 109 fideicomisos ordenada por el Congreso, sólo quedan dos instrumentos de este tipo que tienen más recursos que el Fidape.

Se trata del Fondo de Salud para el Bienestar, que se quedó con el dinero del Seguro Popular y cuenta con 101 mil 974 millones de pesos, y un fideicomiso del SAT que recibe recursos del pago de trámites aduaneros, y tiene saldo de 75 mil 405 millones de pesos.

A diferencia de estos dos últimos, el Fidape no existe por ley del Congreso, sino que fue creado por la propia Sedena.

Además de extinguir 109 fideicomisos, el Gobierno de AMLO casi consumió por completo, en dos años, el que tradicionalmente era el más cuantioso: Enrique Peña dejó el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios con 246 mil millones de pesos pero, al cierre de 2020, ya sólo tenía 9 mil 497 millones.

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