Histórica y emblemática, la Danza de la Pluma es una de las representaciones más esperadas en la Guelaguetza. Esta danza de conquista es encarnada por hombres de varios municipios de los Valles Centrales. Durante 22 años, Antonio Eurípides Pedro González, ha dedicado su preparación a enseñar y bailar; también es director del grupo que representa a la delegación de este municipio alfarero.
En entrevista, da cuenta de esta representación de la conquista de México por los españoles y de cómo la utilizaron como un medio de evangelización. Cuenta que en su versión original está compuesta por dos bandos: el de Hernán Cortés y el de Moctezuma.
“En el cuadro original se manejan nueve bailarines, Moctezuma a la cabeza, dos teotiles, cuatro reyes y dos capitanes de puerta, que interpretan los hombres. También hay dos personajes femeninos: La Malinche y la Cihuapilli, representan la fusión de las dos culturas, la indígena y española; cuando bailan, ellas interpretan esa fusión que es ahora”.
La mayoría de los sones que se bailan en la Danza de la Pluma son valses, cuadrillas e himnos, tocadas con instrumentos de viento, en los que se aprecia la influencia de ritmos europeos.
La mayoría de los sones que se bailan en la Danza de la Pluma son valses, cuadrillas e himnos.
La vestimenta
Antonio Pedro destaca que el vestuario para esta danza corresponde a las estrategias de evangelización indígena; así lo demuestra al ser una alegoría de los ornamentos sacramentales que, en el rito católico, utilizan los sacerdotes cuando ofician misa.
El complemento más vistoso del traje es el penacho. En una base de hojalata denominada corona, tiene grabados jeroglíficos, montan un armazón de carrizo sobre la que fijan plumas de colores formando un semicírculo, adornadas con listones prendidos con espejos grandes, enmarcados en hojalata, conocidos como medallones; en la periferia, hacia el frente, van distribuidos siete gallitos o azucenas (pequeños mazos de plumas) y hacia atrás, aproximadamente 30 centímetros abajo de la periferia, cinco de estos gallitos. En la parte inferior, de un lado y otro de la cara del danzante, penden borlas de algodón. Para sujetarlo a la cabeza utilizan una cinta tejida en telar de cintura llamada barbiquejo.
El rango que el danzante representa, Moctezuma, teotiles, capitanes, reyes, se identifica por las características del penacho; también ocupan un lugar en el escenario relacionado con su rango: quienes interpretan a los teotiles van a cada lado de Moctezuma como sus segundos al mando; los cuatro del centro son los cuatro reyes aliados y los últimos son los dos capitanes guardianes de las puertas del palacio de Moctezuma.
El complemento más vistoso del traje es el penacho.
La camisola es de terciopelo, confeccionada con cuello en V y mangas abombadas; la usan encima de una camisa de manta blanca y mangas largas. Sobre el pecho, un corazón hecho de tela religiosa, el cual tiene aplicaciones de encaje ancho, plisado, y representa el sacrificio de los guerreros por su patria; era el manjar preferido de los dioses prehispánicos. En la espalda se lleva una capa, también de tela religiosa, con aplicaciones de galón y encaje alrededor. Calzón de manta, recubierto con tela religiosa.
Influencia religiosa
Los colores de esta tela se colocan de acuerdo con el ritual de la Iglesia Católica; de abajo hacia arriba el primero es el verde, identifica el tiempo ordinario; sigue el morado de penitencia; después el blanco de ceremonias gloriosas, y luego el rojo, el de las festividades.
Usan mandil de tela religiosa, con aplicaciones de galón y fleco en toda la orilla; la prenda es la evocación del taparrabo que usaban los indígenas en la época prehispánica. En la mano derecha se lleva una sonaja de hojalata y en la izquierda un escudo o macana con los colores de la bandera mexicana; se atan, además, mascadas de satín.
Los accesorios indican los rangos altos que los danzantes ocupan dentro de la organización social mexica, además la sonaja representa el arma y la macana el escudo.
Los accesorios indican los rangos altos que los danzantes ocupan dentro de la organización social mexica. Los danzantes representan personajes de alta jerarquía y por tal razón no deben bailar descalzos, los huaraches utilizados para dicho acto son denominados cactli y están hechos de cuero, diseñados en dos piezas, una para sostener el empeine y otra para el talón, unidas con una cinta de cuero; todo, hecho con múltiples y muy vivos colores representando a su país.
Para saber
La Danza de la Pluma sirvió como el único medio de difusión acerca del proceso de conquista en México. Posteriormente ésta se difundió por la región de los Valles Centrales, en poblaciones como Zimatlán de Álvarez, Teotitlán del Valle, Cuilapam de Guerrero. Sin embargo, tiempo después, las comunidades de Zaachila y Cuilápam de Guerrero debatían sobre el lugar de origen de la danza, aunque se ha aceptado popularmente que la cuna de la Danza de la Pluma es esta última.
En la actualidad, esas dos poblaciones, además de Teotitlán del Valle y San Bartolo Coyotepec la conservan y difunden con el interés de que prevalezca en el ánimo y tradición del pueblo oaxaqueño. La Danza de la Pluma pertenece a las llamadas danzas de la conquista.
La Danza de la Pluma sirvió como el único medio de difusión acerca del proceso de conquista en México.
Con información de NVI Noticias