Raquel Sosa, bajo protección de AMLO, despidió a 150 maestros de las UBBJ

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Era julio de 2019 cuando Alma Felicitas Zataráin Pérez tomó la decisión de mudarse, de Culiacán a Cosalá, en Sinaloa. Ella, como cientos de profesores que buscaban ser parte de las Universidades del Bienestar Benito Juárez (UBBJ), estaba dispuesta a dejar su residencia con tal de sumarse al ambicioso proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, para llevar educación superior a las comunidades más marginadas del país.

“Llegué con una maleta y muchos deseos de trabajar, pero no había nada, ni aula, ni pizarrones, ni plumones. Para mí fue un reto muy grande iniciar un proyecto sin infraestructura y los primeros meses no nos pagaron, luego fue con retroactivo, entonces fue vital el apoyo de mi familia y de la comunidad que se portó espléndida”, dice Zataráin a La Silla Rota, sobre esos primeros meses.

Pese a esas condiciones adversas, no se desanimó y comenzó a dar clases. Tampoco se bajó del proyecto cuando se dio cuenta que carecía de prestaciones como seguridad social y que incluso ni siquiera estaban considerados como docentes, pues cuando algunos compañeros suyos intentaron vacunarse en calidad de maestros, no aparecían en las listas.

Pero lo que no imaginó es que sería despedida, como ocurrió el 31 de julio. Su pecado fue haber estudiado una carrera considerada neoliberal por la directora del proyecto, Raquel Sosa.

Zataráin forma parte de alrededor de 150 maestros de las UBBJ que han sido despedidos a lo largo del país y que debido a eso, formaron la Asamblea de Trabajadores de las Universidades del Bienestar Benito Juárez, que han organizado un movimiento para manifestarse en contra de los despidos, que consideran arbitrarios, y además han denunciado el esquema de trabajo, más parecido al outsourcing –práctica que el gobierno federal ha condenado– que a uno apegado al artículo 123 de la Constitución, que habla del derecho a tener un contrato y prestaciones laborales.

EN CONDICIONES PRECARIAS

El pasado 11 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador visitó Culiacán, Sinaloa, lo que aprovechó Zataráin para entregarle a uno de sus ayudantes, en la entrada del hospital pediátrico, en la calle Constitución, una carta con el fin de exponerle la situación que se padece en las UBBJ.

“Nosotros en su mayoría somos fundadores e iniciamos este noble proyecto en condiciones precarias. Salimos adelante gracias al apoyo de la comunidad y las autoridades del municipio, que nos facilitaron un espacio para poder impartir las clases a las primeras generaciones. Los primeros meses no contamos con el pago de nuestros salarios”, se lee en el documento, cuyo contenido la docente compartió con La Silla Rota.

“Estos despidos masivos han afectado gravemente el programa; en la sede de Cosalá no están en condiciones de atender a los alumnos inscritos por la falta de docentes. Y sólo se cuenta con una coordinadora y dos docentes para atender a 155 alumnos de 5 generaciones que se distribuyen en 7 grupos, a los cuales hay que impartirles 5 asignaturas por grupo”, advirtió.

En la misiva también se refirió a la postura de la directora del proyecto, Raquel Sosa, quien “pretende desaparecer la perspectiva social en las carreras de Ingeniería de Desarrollo Regional Sustentable, no obstante que ésta tiene una fuerte presencia de las asignaturas del área social en su malla curricular. Las carreras del área de Desarrollo Sustentable las diseñó el doctor Víctor Toledo (ex secretario de Medio Ambiente), con la dimensión social como parte esencial y estratégica para enfrentar la problemática que se vive en el país y en el mundo para proteger el medio ambiente y los recursos naturales.

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