Evo dejó el Campo Militar número Uno, donde se sintió “mejor que en Bolivia”; sitio de desaparición, tortura y muerte de activistas en México

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El expresidente de Bolivia, Evo Morales, anunció que dejó de vivir en campo militar y de recibir manutención del gobierno de México.

“Desde anoche nos trasladamos a otro lugar. Ahora que salimos del recinto militar del Ejército saludo la gran solidaridad del pueblo mexicano y del Gobierno”, expresó Morales en una rueda de prensa en la capital de México, en donde se asiló el pasado 12 de noviembre tras renunciar a la Presidencia de Bolivia.

Morales expresó que “conseguir espacios para vivir ha sido difícil de encontrar” y agradeció la “cooperación” de simpatizantes que le ayudan con la manutención en el país.

Según confirmó su equipo, Morales se mudó a un emplazamiento de Ciudad de México, cuya dirección no será revelada por seguridad y donde ya no recibirá manutención del Gobierno mexicano como hasta ahora.

Morales dijo que durante las dos semanas viviendo en el Campo Militar Número 1, afuera de Ciudad de México, se sintió “mejor que en Bolivia”.

Agradeció a todas las personalidades que lo han visitado durante este tiempo, como la secretaria mexicana de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, con quien conversó “largamente” en un encuentro este martes.

El asilo concedido al exmandatario boliviano desató polémica en México porque el Gobierno le había proporcionado hospedaje, así como seguridad pública y recursos para su manutención.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó estas críticas de “mezquindad” y reivindicó la larga tradición mexicana de asilo a perseguidos políticos, como los republicanos españoles o León Trotsky.

Morales abandonó Bolivia el pasado 11 de noviembre después de que las Fuerzas Armadas le forzaran a dejar el cargo tras una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señalaba “graves irregularidades” en las elecciones del 20 de octubre.

La renuncia de Morales ha sido calificada como “golpe de Estado” por varios Gobiernos y políticos latinoamericanos.

Otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Jeanine Áñez, mientras que parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política.

 

La historia del CM1

La prisión del campo militar número 1, centro de desaparición forzada

 

Pável Uliánov Guzmán / @PavelUlianov

 

Desde hace más de 60 años existe una prisión de máxima seguridad en la instalación militar más grande del país, el Campo Militar Número 1 (CM1) ubicado en Ciudad de México, este lugar, ha pasado a la historia por ser el Cuartel General de la Brigada Blanca (Castellanos Laura, México Armado: 1943-1981, 2007) y ser un centro clandestino de detenciones, tortura, asesinatos y desapariciones forzadas de cientos de civiles.

La prisión militar del CM1 fue creada por instrucciones del presidente Adolfo López Mateos durante el último año de su gobierno, su instauración fue supervisada por el entonces secretario de Gobierno, Gustavo Díaz Ordaz. De acuerdo a los informes oficiales comenzó a operar a partir del 20 de julio de 1964 (La Jornada, 15/dic/2001), fue establecida en general, en un contexto de efervescencia social que pugnaba por la trasformación de un régimen autoritario y lleno de contradicciones, y en específico, durante el apogeo del Movimiento Médico.

El objetivo del establecimiento de las decenas de cárceles clandestinas del Estado fue claro. En su lógica coercitiva, complementar las represiones masivas (Ferrocarrileros, Telegrafistas, Profesores, Estudiantes, etc.) y selectivas (Rubén Jaramillo, Demetrio Vallejo, Othón Salazar, etc.) con cientos de detenciones ilegales y arbitrarias de manifestantes y opositores, con el afán de contener el progresivo rechazo de la sociedad.

Durante el Movimiento Estudiantil de 1968, las mazmorras del CM1 operaron como centro de represión y privación ilegal de la libertad de centenares de universitarios, obreros, empleados, mujeres y hombres que fueron detenidos arbitrariamente, vejados, torturados e incluso desaparecidos, por el hecho histórico de manifestarse y solicitar reformas democráticas. Estas detenciones fueron negadas durante más de 30 años por la Sedena, hoy día pueden constatarse en los informes redactados por la Dirección Federal de Seguridad que versan sobre el tema, resguardados en el Archivo General de la Nación.

Posteriormente durante la represión del Movimiento estudiantil de 1971, por órdenes del Presidente Luis Echeverría, un número indeterminado de heridos y muertos fueron trasladados al CM1, (Scherer Julio, Los Patriotas. De Tlatelolco a la guerra sucia, 2004). A partir de la década de los 70´s, más de medio millar de guerrilleros, familiares y conocidos de éstos, fueron aprisionados en las cárceles clandestinas del Estado, dentro de las cuales destacan las celdas del CM1, donde sin tomar en cuenta el género, la edad o la presunta culpabilidad de los detenidos, sistemáticamente fueron denigrados, torturados y desaparecidos, bajo este entorno, por lo menos 788 personas fueron víctimas de la desaparición forzada (FEMOSPP, Informe Histórico a la Sociedad Mexicana, 2006).

La prisión del CM1 es la cárcel clandestina más grande del país, de acuerdo a diversos testimonios de ex guerrilleros y ex militares, se encuentra acondicionada para torturar y cuenta por lo menos con un horno de incineración (Espinosa Horacio, Campo Militar Número Uno, 1976). Además, en las instalaciones subterráneas, resaltan las galeras conocidas como las negras, que son hexaedros irregulares pintados en su totalidad de color negro, por las que solamente logran colarse algunos hilos de luz, aunado a ello carecen de servicios sanitarios, únicamente mantienen cubetas (Proceso, Numero 1789, 2011).

En síntesis, el Estado mexicano mantiene mazmorras en el CM1 edificadas según la óptica oficial como “cárcel preventiva”, sin embargo, la realidad histórica las revela como una prisión militar clandestina, donde se ha practicado la privación ilegal de la libertad, torturas físicas y psicológicas, asesinatos extrajudiciales y desapariciones forzadas.

Facebook: /PavelUlianov

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