“Tu no vales la pena”: Gerardo quiso matarla, Melba se defendió; hoy está en prisión

Red libre periodismo / diario19.com

“¡Tu no vales la pena!”, le decía constantemente Gerardo a Melba, quien al intentar dejarlo trato de matarla y ella se defendió. Ahora fue condenada a 8 años de prisión a consecuencia de un mal amor.

Melba Dunia durante 4 años y 5 meses fue víctima de violencia doméstica, psicológica y emocional, así como violación a manos de su pareja. En silencio soporto cada humillación y golpe, siempre defendía a Gerardo, quien le prometía que iba a cambiar. Ahora sabe que de haber pedido ayuda ella estaría libre y sería feliz. Sin dejar de mencionar que cuando la condenaron, la jueza no tomó en cuenta las pruebas que podrían demostrar su inocencia, aunado a que la policía investigadora alteró la escena del crimen.
En Chihuahua 7 de cada 10 mujeres sufre violencia doméstica, muy pocas se atreven a denunciar y a pedir ayuda en los centros especializados, prefieren sufrir en silencio las humillaciones. En el Instituto Chihuahuense de la Mujer se han atendido a 52 mil 623 mujeres del 2011 al 2013 en los módulos fijos y 15 mil 253 en los módulos itinerantes, todas ellas han sufrido algún tipo de violencia.
 MALOS TRATOS Y HUMILLACIONES
Los ojos de Melba reflejan miedo y tristeza. Toma aire, al recordar su vida al lado de Gerardo, “no me dejaba ir sola ni al baño, cuando éramos novios era muy caballeroso, después todo cambio”.
Melba Dunia Lechuga de 39 años de edad tiene 4 meses en el Cereso Femenil,     Luego de que forcejeo con su pareja quien trataba de matarla y se le enterró el cuchillo entre el cuello y el pecho.

Melba conoció a Gerardo Alberto Nieva Manrique, quien actualmente tendría 61 años, cuando fue a la Cervecería a comer y convivir con sus compañeras de la maquiladora. El hombre estaba con sus amigos y las invitaron a su mesa.  La fiesta la siguieron en la casa de Gerardo “Cuando yo lo conocí era muy bueno y lindo conmigo, era caballeroso, duramos muy poco de novios y siempre se respetó”. Un día Gerardo le propuso a Melba que se fueran a vivir juntos, incluso fue a hablar con sus padres y le dio un anillo.

Cuando se juntaron, se fueron a vivir a la colonia La Minita al sur de la ciudad y las cosas dieron un giro, Gerardo cambio por completo, por todo se encelaba, no la dejaba ir a la casa de sus padres, muchos menos salir de la casa por lo que la sacó de trabajar.
Los motivos del enojo de Gerardo eran porque no podía mantener la erección, solo lograba excitarse cuando la golpeaba, le arrancaba la ropa a la fuerza y la violaba. “Cuando hacíamos el amor él no podía eyacular y empezaban los problemas, cuando éramos novios siempre me respeto”, relata Melba, mientras por sus mejillas ruedan las lágrimas al recordar que la golpeaba en la cabeza, le daba puñetazos en la cara y patadas en el cuerpo. El miedo era el principal motivo por el que Melba soportaba tanta humillación.
Los malos tratos eran constantes, siempre Melba salía corriendo a una casa que sus padres tienen, no quería que nadie se enterara del infierno que soportaba por amor a Gerardo, quien le armaba escándalos, “Me gritaba que porque me iba que me encantaba andar de piruja”.
Una de las veces que se pelearon, Gerardo corrió a Melba y le dijo que se fuera que quería pensar. Ella decidió irse a Ciudad Juárez con unos familiares, se fue por 4 semanas, sin embargo los mensajes que Gerardo no dejaba de acosarla diciéndole que era una mujer fácil.
Melba regreso a Chihuahua solo para dejarse convencer por Gerardo quien le juraba una y otra vez que cambiaría, “Siempre volvía porque me prometía que iba a cambiar, volvía con él porque lo quería”.
La situación se tornó aún más difícil, “Después me agarraba a la fuerza”, hace una pausa, mientras solloza fuertemente, sus manos no dejan de temblar, “él me quitaba mi ropa a la fuerza, yo le decía ¡No! ¡No!”.
Melba desesperada se frota los ojos y las piernas, el recuerdo de las constantes violaciones que sufrió a manos de quien supuestamente la amaba son heridas que no cicatrizan. “Solo así él podía lograr una erección, solo cuando me escuchaba suplicar, me veía llorar y retorcerme como lombriz”.
La vergüenza y el miedo la hacían disculpar a Gerardo, a sus conocidos y a sus padres les mentía cada vez que la veían golpeada, la excusa era que se había caído, en su trabajo también le preguntaban y ella ocultaba su problema. Una de esas veces le dio un puñetazo en la nariz y hasta el supervisor le dijo que no dejara que nadie la golpeara, que un hombre no valía la pena y que mejor lo dejara. En otra ocasión le marco a la policía pero nunca acudió.
La pareja se dejó por espacio de 6 meses en el 2012, tiempo en el que Melba creyó que por fin Gerardo la dejaría en paz, al grado que se dio la oportunidad de conocer a otra persona. Fue entonces que volvieron a coincidir y Melba enfrento a Gerardo diciéndole que ya no quería nada con él, “Yo le dije que me dejará vivir en paz, que se buscará otra mujer, pero él no me dejaba en paz”.
El 16 de marzo Melba le entregó las llaves a Gerardo quien le mando un mensaje: “Estoy solo, ¿vas a venir o no? Quiero verte”. De inmediato la movió el miedo, no quería más problemas.
Ese día, Gerardo estaba totalmente distinto, la recibió muy bien, se portó amable y caballeroso. Le invitó una cerveza estuvieron escuchando música. De repente, Gerardo le dijo que estaba cansado que el viernes había tenido una fiesta y aun no se reponía. Le insinuó que fueran a la recamara localizada en la parte baja de la vivienda ubicada en la calle Álamo, la plática estuvo centrada en el trabajo de Gerardo quien era ingeniero civil. De nueva cuenta volvió a decirle que se fueran a la recamara, pero Melba se resistió y se metió a la sala, en lo que Gerardo se fue la recamara. Una vez más le insistió tras entrar al baño, entonces Melba accedió, al bajar vio la televisión prendida, se sentó en la cama.
Las lágrimas vuelven a brotar, al señalar que Gerardo desnudo en la cama le exigió que se quitara la ropa, “Yo siempre le obedecía para que no se enojara. Me quite la ropa y me metí a la cama”. Gerardo empezó a acariciarle la pierna derecha, Melba solo le decía que ya habían hablado que no iba a funcionar. “En ese momento se me hizo raro que no me pegara y me agarrara a la fuerza, pensé en ese momento que Gerardo iba a cambiar”. Lo pensó porque el hombre aceptó su negativa e incluso le dijo que se tomara la última cerveza y se fuera. “Cada vez se enojaba bien feo y me golpeaba, yo prefería irme, pero esta vez yo le veía tranquilo, por lo que decidí quedarme”.
Gerardo la mandó a la cocina por unos limones y el cuchillo, ya que le gusta la cerveza con limón. Cuando Melba regreso a la recamara, Gerardo se encontraba parado en la puerta. Fue cuando la agarró de la mano con fuerza para que no soltara el cuchillo, “Yo no me lo esperaba, me quiso enterrar el cuchillo en el cuello, Gracias a mi padre Dios que me dio fuerzas para que no me matará”.
Gerardo al agarrar con fuerza la mano de Melba intentaba que ella misma se acuchillara en el cuello, pero en el forcejeo el cuchillo salto hiriendo a Gerardo. “No supe para donde se fue el cuchillo hasta que vi a Gerardo en el suelo y que le salía sangre. Puse sus manos en el cuello para que no siguiera saliendo”.
De inmediato agarro el teléfono y marco, en lo que se trataba de vestir, les marco a la ambulancia, a su madre a los amigos de Gerardo. Le puso una playera en el cuello, subió a ver si llegaba la ambulancia. Llegó primero la madre de Melba, “Yo le gritaba que estuviera al pendiente de la ambulancia, yo quería auxilio, yo le puse a Gerardo su calzoncillo, mis manos estaban llenas de sangre”.
Melba afirma que estaba como loca, los paramédicos llegaron pero Gerardo ya no presentaba signos vitales. La detuvieron y desde hace 4 meses permanece en el Cereso Femenil donde recibe clases de contabilidad.  Lo que desea es no pensar y aprender algo, ya que siempre Gerardo la tacho de analfabeta y la humillaba por solo haber cursado la secundaria. Lo que más extraña es su libertad y ver a su hija de 18 años y a su nieto. Pero a pesar de estar presa y cargar el dolor de la muerte de Gerardo, se siente libre de los golpes y humillaciones que sufrió.
A la fecha, Melba recibe terapia psicológica una vez por semana, recibe visita los miércoles y domingos de su familia quien le da ánimos para seguir. “Solo quiero dar las gracias por estar viva”.
Ella es solo una de las mujeres que se encuentra presa por matar para defender su vida, quien presenta una alteración emocional considerable. La fecha de su juicio oral era en septiembre, sin embargo el sistema de justicia en Chihuahua no respeta plazos y en enero la condenaron a 8 años de prisión. La defensa analiza acudir a una instancia superior, pues la jueza no tomo en cuenta las principales pruebas para demostrar la inocencia de Melba. De la misma manera su abogado afirma que la policía investigadora alteró la escena del crimen por el que ahora se le condena.
AYUDA PARA MUJERES E HIJOS
Las mujeres en situación de violencia y sus hijos pueden acceder a grupos de reflexión o terapia grupal para el proceso de recuperación y empoderamiento personal.
El Centro de Prevención y Atención a Mujeres en Situación de Violencia (MUSIVI) ofrece los grupos de reflexión para los jóvenes de 12 a 17 años de edad y niños o niñas de 6 a 11 años, quienes a través de un intercambio de experiencias, dinámicas y talleres generan independencia de quien ejerce la violencia, lo que les ayuda a mejorar su autoestima.
En los talleres de reflexión se cuenta con personal especializado del Centro de Integración Juvenil, quienes se encargan de abordar los temas de prevención, uso y abuso de drogas; de la misma manera se les ayuda a la resocialización mediante talleres de computación, música, arte, activación física y habilidades para la vida.
Los talleres para niños y niñas de 6 a 11 años están disponibles los martes de 16:00 a 18:00 horas. Para mayor información puede consultar la página www.institutochihuahuensedelamujer.gob.mx o bien acudir a la calle 35 número 1402 en la colonia Obrera.
En el caso de las mujeres, los objetivos de los grupos de reflexión son la reparación de situaciones traumáticas, diversas formas de violencia que viven las mujeres a partir de la vida personal y la búsqueda de alternativas que les ayude a vencer las dificultades económicas y de manutención en caso de tener hijas o hijos.
Los grupos o talleres son cerrados, sin embargo el o la terapeuta indican las reglas a cada una de las usuarias que se van integrando al proceso, a fin de salvaguardar la identidad y seguridad de quienes participan.Las sesiones son gratuitas y están disponibles los jueves de 10:00 a 12:00 y los martes de 16:00 a 18:00 horas.
TIPOS DE VIOLENCIA
Ante la Ley existen 5 tipos de violencia:
*PSICOLÓGICA: como humillar, insultar, rechazar, amenazar, devaluar, comprar con fines destructivos y/o celos excesivos a una persona, además de la infidelidad, marginación en decisiones que involucran a la mujer y la limitación de la libertad.
*FÍSICA: es aquel acto que causa un daño en el cuerpo de manera no accidental, usando la fuerza física o algún otro medio, que pueda provocar o no lesiones, ya sean internas, externas o ambas.
*SEXUAL: considerada así por degradar y atentar contra la libertad, dignidad e integridad física, psicológica y sexual de las mujeres al imponerles a hacer algo que no quieren.
* PATRIMONIAL: establece dañar intencionalmente el patrimonio de una persona o afectar su supervivencia. Puede consistir en el robo, destrucción o detención de objetos, documentos o bienes personales, destinados a satisfacer nuestras necesidades.
*ECONÓMICA: si un padre deja de aportar, sin razones justificadas, los recursos necesarios para la manutención de hijas/ os, o bien un cónyuge impide que su esposa trabaje para obtener ingreso, o él decide y controla el ingreso de ella, es un ejemplo evidente de violencia doméstica.