¿Puede y debe un sacerdote participar en la política partidista? / Raúl González Aguilar

Raúl González Aguilar / Kiosco Mayor / diario19.com / 

 

Por la infravaloración de la clase política, los partidos recurren a personajes de la sociedad con prestigio local, como los ministros de culto, los artistas, deportistas, etcétera, en busca de votos

 

EL SACERDOTE EN LA POLITICA

 

Un grupo de estudiantes interesados en la ciencia política me lanza esta pregunta al término de una conferencia. ¿PUEDE Y DEBE UN SACERDOTE PARTICIPAR EN POLÍTICA PARTIDISTA?

La disputa entre fe y política, la participación del sacerdote o del obispo en política, puede verse desde distintos ángulos y citar el caso del cura salesiano Jean-Bertrand Arístides, en Ecuador, Fernando Lugo en Paraguay o los hermanos Ernesto y Fernando Cardenal de Nicaragua entre otros, pero en el caso concreto de México y Sonora, requiere un trato especial, por la implicación de sus leyes. Sin olvidar al cura Hidalgo, Morelos, Matamoros y todos los héroes que nos dieron patria.

De entrada, podemos decir que este tipo de participación, esta mediado por la constitución política, la ley de asociaciones religiosas, el derecho canónigo y el ordinario del lugar que es el obispo o las conferencias episcopales, dependiendo de quién es el candidato a ocupar el puesto político de autoridad civil.

El Presidente Salinas de Gortari, abrió la puerta a la participación de las iglesias (iglesia católica) en política, con la reforma de los artículos anticlericales, 3, 4, 24,27, 130. Como una forma de legitimar su triunfo ante la sospecha de fraude electoral realizado en contra del Ingeniero Cárdenas. Estas reformas sacaron del anonimato a las iglesias y especialmente a la iglesia católica a la que nos referimos y la dotaron de personalidad jurídica para empezar a existir, ya que antes de esto y producto de las leyes Juaristas y la revolución cristera, la iglesia católica existía, pero no existía; un silogismo mexicano que solo se puede entender en el contexto local, dice Jean Meyer. No resulta fácil entender a la iglesia mexicana y la política, por ejemplo; Jose López Portillo recibió al Papa Juan Pablo II, en el aeropuerto, como jefe de estado y le dice ” ahí se queda con los suyos” y luego según sus críticos, en la noche, el Papa celebra misa en los Pinos con la familia, amigos y allegados. De Miguel de la Madrid ni decir, siempre fue ligado al Opus Dei y Salinas, mucho le debía al vaticano y el negocio de la fe, le redituó buenos dividendos a ambos.

Los gobiernos sucesivos, han propiciado un acercamiento al Vaticano como Estado y cómplice represor de su política. De hecho los gobiernos Priistas que antes se enlistaban en las filas de la Francmasonería, ahora aparecen muy piadosos, dándose golpes de pecho e invocando a Dios, luciendo argollas de matrimonio como signo externo de conciliación religiosa y cuidan no seguir la tradición Jacobina del fundador Plutarco Elías Calles y el Caudillo Álvaro Obregón, del grupo Sonora que gobernó México de 1919 a 1934, periodo difícil para ambas instituciones que tuvo su impasse con la guerra cristera.

Después de esta contextualización, revisando algunos documentos del magisterio de la iglesia, como el decreto presbyterorum ordinis n 17 dice, El sacerdote o clérigo que pretenda participar activamente de la vida política, en cierto sentido traiciona su peculiar vocación, puesto que “ellos no son del mundo, según la palabra del Señor, nuestro Maestro”. En su numeral 2,3 y 4 dice que El sacerdote, como persona consagrada a Cristo y llamado a identificarse de una manera especial al Señor, tiene como función especial de llevar la luz del Evangelio entre sus hermanos los hombres.

Testigos de las realidades terrenas, no pueden permanecer ajenos a los aconteceres humanos; tienen por ello una específica obligación de no conformarse a este mundo. Así mismo el Directorio para el Ministerio y la Vida de los Presbíteros en el número 23 dice que “las actividades políticas y sindicales son cosas en sí mismas buenas, pero son ajenas al estado clerical, ya que pueden constituir un grave peligro de ruptura de la comunión eclesial”

El derecho canónico es una herramienta para guiar a la iglesia católica, contiene las normas de comportamiento de los consagrados y protege a los fieles. El legislador universal de la iglesia católica es el Papa. El código de derecho habla de la participación de los sacerdotes en la política, en su Canon 285 § 3 y 287 § 2 respectivamente: que les está prohibido a los clérigos aceptare aquellos cargos públicos que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil. No han de participar (los clérigos) activamente en los partidos políticos ni en la dirección de las asociaciones sindicales a no ser que según la autoridad eclesial competente lo exija la defensa de los derechos de la iglesia o la promoción del bien común “La sociedad justa no puede ser obra de la Iglesia, sino de la política”. Dentro del mismo Código de Derecho Canónico, el compromiso político se debe entender como misión de los laicos (pueblo de Dios), en línea con las enseñanzas del Concilio Vaticano II. En la Gaudium et spes, se encuentran palabras de sostén para quien se compromete en la política: “Los que son o pueden llegar a ser idóneos para el difícil y al mismo tiempo tan noble arte de la política deben prepararse para él y procurar ejercerlo”
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En la biblia, encontramos algunos pasajes, donde Jesús, rechazó ser declarado rey por sus conciudadanos (Jn 6, 15). Se proclamó rey ante Poncio Pilato ( Mt 27, 11, 14) aun sabiendo que sus respuestas ante el procurador romano le podían acarrear la muerte (Jn 19, 10). Esta aparente contradicción se resuelve considerando que su reino no es de este mundo (Jn 18, 36).

Esta doctrina queda claro en el episodio del tributo al César: “dad al Cesar lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios” (Mc 12, 13-17), fue declarado un guerrillero saduceo, subversivo del orden público y con la entrada a Jerusalén, el pueblo que buscaba un líder lo quiso hacer rey, pero su potestad, no era de este mundo, diría a Pilatos.

Con la lectura de los documentos de la iglesia, podemos darnos cuenta que el sacramento del orden no desaparece con la “reducción al estado laical” o la dispensa del ministerio. El consagrado sigue siendo sacerdote hasta la muerte y la iglesia u orden religiosa tiene un compromiso moral con su actuar. El desvío del presbítero ante una misión en el mundo tiene que ver con la deformación que recibió en el seminario y su práctica pastoral.

En el plano eclesial o esfera de Dios no es tan fácil “colgar los hábitos” como dice la gente, tiene muchas implicaciones, es por eso que cuando un sacerdote se lleva su “ROSARIO” Y vive en pareja, es porque es, más fácil vivir en amasiato, que buscar la dispensa del ministerio, la cual es larga , tediosa y cara tanto aquí en el tribunal eclesiástico como en Roma, si no tienes dinero ni poder, como Fox , Salinas o Peña Nieto, los cuales han “anulado” el sacramento del matrimonio para volver a casar por la iglesia de blanco y en catedral . En ocasiones, los obispos no reportan las bajas de su presbiterio ( deserciones de la vida sacerdotal) en las visitas AD LIMINA que hacen a Roma cada cinco años y si a esto le agregamos las otras exigencias del mundo o la esfera del Cesar, las limitantes que impone la constitución política y la propia ley de asociaciones religiosas y culto público es muy clara en su capítulo 14, en cuanto a la participación del sacerdote como candidato o funcionario ( ley de asociaciones religiosas y culto público ,última reforma dof 25-05-2011)

ARTÍCULO 14.- Los ciudadanos mexicanos que ejerzan el ministerio de cualquier culto, tienen derecho al voto en los términos de la legislación electoral aplicable. No podrán ser votados para puestos de elección popular, ni podrán desempeñar cargos públicos superiores, a menos que se separen formal, material y definitivamente de su ministerio cuando menos cinco años en el primero de los casos, y tres en el segundo, antes del día de la elección de que se trate o de la aceptación del cargo respectivo. Por lo que toca a los demás cargos, bastarán seis meses.

Tampoco podrán los ministros de culto asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna. La separación de los ministros de culto deberá comunicarse por la asociación religiosa o por los ministros separados, a la Secretaría de Gobernación dentro de los treinta días siguientes al de su fecha. En caso de renuncia el ministro podrá acreditarla, demostrando que el documento en que conste fue recibido por un representante legal de la asociación religiosa respectiva. Para efectos de este artículo, la separación o renuncia de ministro contará a partir de la notificación hecha a la Secretaría de Gobernación.

En Sonora, el gobierno, los partidos y las asociaciones religiosas son atípicas, así sucede en un país que para todo tiene leyes y sus dirigentes son los que menos las respetan o conocen. En la administración del Gobernador Padres, está incrustado en su administración un sacerdote en activo, cuando la ley lo prohíbe. Ahora aparece un candidato o prospecto panista a la presidencia municipal de Agua Prieta. Quién sabe cómo maneje la cuestión normativa de Dios y del Cesar, el PAN se sustentaba como un partido sinarquista y la iglesia apolítica y ahora con la posible candidatura de este presbítero, solo se puede entender con mucho esfuerzo a través de la teoría líquida de la modernidad de Bauman.

La historia nos enseña que la iglesia de arriba, la institucional, siempre ha buscado el poder o estar cerca, así es como ha creado doctrinas como el cesaropapismo o la de las dos espadas, donde el sumo pontífice es quien gobierna lo terrenal y lo espiritual, ha desatado guerras fratricidas como la cristera o ha estado detrás de otras.

Finalmente, la mayoría de los partidos políticos no tienen un trabajo de base en los barrios y colonias y eligen a sus candidatos desde el comité ejecutivo nacional, para perpetuar una clase de políticos negociadores del poder y que a su vez legitiman las políticas represivas de los ejecutivos a través de pactos eligen candidatos andrógenos, artistas de moda, conductores de televisión, deportistas, boxeadores, sacerdotes y hasta payasos como “Lagrimita” que va a la alcaldía de Guadalajara.

Dos académicos, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), especialistas en cultura política e institucional analizan este fenómeno como parte de la infravaloración que tiene la clase política y poca credibilidad a sus palabras, es por eso que la postulación de personajes, con prestigio local, puede traducirse en votos.

La respuesta final es que un sacerdote puede participar en política, entendida esta como la búsqueda del bien común, pero en cuanto a la política partidista, tiene impedimentos eclesiales, legales y éticos. Afortunadamente en este México surrealista, todo se puede y las leyes existen para ser violadas y la constitución para ser reformada…La Patria es Primero

RAÚL GONZÁLEZ AGUILAR: SOCIÓLOGO, ESPECIALISTA EN SEGURIDAD PÚBLICA, EDUCACION Y ORGANIZACIÓN COMUNITARIA