Normalista desollado se despidió en una carta de su esposa e hija, sin saber que moriría

20 minutos / diario19.com

 

Julio César Mondragón Nava, uno de los 43 normalistas desaparecidos el pasado 26 de septiembre en Iguala, estado de Guerrero de México, quería ser profesorcomo su mujer, Marisa Mendoza, de 24 años.   Este miércoles, cuando el homenaje convocado por el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria y la colecta organizada para la familia de Julio César terminaron, Marisa Mendoza contó cómo conoció a su marido cuando ella estudiaba en un cologio ‘normal’ rural del estado de Tlaxcala, según publica ‘Proceso’.

 

Su separación fue tan dura que, la última vez que se vieron, Nava le dejó una carta escrita a modo de ‘despedida’. Se enamoró de él en un baile, se hicieron novios y hace un año conocieron que serían padres de Melisa, que ahora tiene cuatro meses y medio. Para sostener el hogar, Nava trabajó como campesino, albañil y guardia de seguridad.

 

Sin embargo, nunca abandonó su deseo de ingresar a un colegio ‘normal’ para convertirse en profesor, igual que su pareja. La carencia de oportunidades educativas en el Distrito Federal donde trabajaba, hizo que Nava se trasladara hasta la escuela Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en Guerrero. Tal y como relató la mujer, su separación fue tan dura que, la última vez que se vieron, Nava le dejó una carta escrita a modo de ‘despedida’. “Esta no es una típica carta de despedida, me atrevo a decirte que nunca me olvides, no olvides que te amo con toda mi humildad.

 

La semilla de un futuro sólo se siembra con esperanzas”, leyó Mendoza. “Dile a mi hija que su papi la quiere mucho, aunque para mañana ya no esté, cuídala mucho, dale amor como yo quería darle a chorros. Corresponde sus preguntas y dile que por siempre yo la apoyaré2, continuó. “Me voy y no sé si regresaré. Tengo mucho miedo por mis sueños, pero quiero que sepas que a donde yo vaya, tú y la bebé también irán (…). Pase lo que pase aprieta el paso y no agaches la mirada para que tus esperanzas nunca se caigan (…)”, concluyó. Marisa Mendoza, profesora en la capital mexicana por un sueldo menor a los 400 dólares mensuales, está preocupada por el futuro de su hija, a quien Julio había previsto apoyar para garantizar que fuera al colegio. Apoyo a las familias Ahora, la mujer del ‘normalista’ agradece el apoyo de las familias de los otros 42 estudiantes que siguen desaparecidos y que fueron a demostrarle su cariño.

 

También acudió a solidarizarse Ezequiel Mora, padre de Alexander Mora Venancio, cuyos restos fueron identificados hace una semana por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Me dicen que le eche muchas ganas, que vea por mi hija que es la semillita que Julio dejó Asimismo, activistas, estudiantes, grupos de madres y familias de San Salvador Atenco, en el estado de México, también se acercaron a apoyarla y le dieron todo tipo de regalos simbólicos y dinero.

 

“Me dicen que le eche muchas ganas, que vea por mi hija que es la semillita que Julio dejó, pero también me dicen que exija justicia porque ante todo ellas van estar conmigo en la lucha”, señaló Mendoza.

 

Por otro lado, la madre de Julio César, Afrodita Berta Mondragón Fronta, también estuvo al lado de su nuera, quien aseguró que su hijo “sólo quería salir adelante porque fue muy difícil para él estudiar y estaba contentísimo de haberse quedado en la Normal de Ayotzinapa”. Fronta, que recibió la noticia de la desaparición de su hijo directamente del Comité estudiantil de la ‘normal’, le recordó como una persona tranquila, preocupada por la gente.”Ahí, en su casa, no vivía una mamá y sus dos hijos, vivíamos tres hermanos”, manifestó

 

Hace pocos días, la Procuraduría General de la República (PGR) confirmó la identidad de los restos de Alexander Mora, uno de los estudiantes desaparecidos, por lo que su versión sigue siendo la de de que los 43 ‘normalistas’ fueron entregados al grupo criminal ‘Guerreros Unidos’ y posteriormente quemados.

 

Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Autónoma Metropolitana (UAM) han elaborado un informe que presentarán ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la ONU, en el que contradicen esta versión de la cremación de los restos, a la que consideran “fantasiosa”.