Luego de que la Procuraduría General de la República confirmó este domingo, 7 de diciembre, que una de las muestras óseas encontradas en el basurero de Cocula corresponde al joven Alexander Mora Venancio –uno de los 43 normalistas detenidos y desaparecidos por la policía de Iguala el pasado 26 de septiembre–, lospadres de los estudiantes atacados advirtieron que “aceptamos los resultados, pero no aceptamos la teoría oficial”.

En conferencia de prensa, rendida ayer mismo desde la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, los padres de los 43 normalistas desaparecidos, los cuatro asesinados, y los 20 heridos que dejó la emboscada policial perpetrada en Iguala, aclararon que aceptan el resultado de los análisis realizados en Austria, “porque es de nuestra confianza y sabemos que los resultados son certeros: las coincidencias van más allá de 1 billón de posibilidades, es muy contundente el resultado”. Sin embargo, destacaron que aún falta por determinar si los otros 16 restos encontrados en Cocula pertenecen al mismo Alexander, a otro de los 42 normalistas desaparecidos o, inclusive, a alguien más.

Los padres de los normalistas aseguraron que “nosotros estamos todavía con la inquietud, porque no tenemos un vínculo que nos demuestre que los restos hallados en el basurero (de Cocula) tengan algo que ver con los restos encontrados en el río San Juan, por ello, para nosotros existen dudas todavía, por eso exigimos que se siga investigando, que no se dé carpetazo al asunto”.

Entre las anomalías que ellos subrayaron en torno a los restos óseos y su localización están que “no hay coincidencia en el número de estudiantes que pudieron estar en el basurero, como refieren los tres testigos (…) No hay pruebas científicas de que los otros 42 estuvieron en el mismo lugar y tuvieron la misma suerte que Alexander Mora Venancio”, mientras que, por otro lado, “tampoco sabemos si la bolsa (con restos óseos descubierta en el río San Juan) fue plantada”.

 

La participación del Ejército

Otra de las anomalías que denunciaron los padres de los normalistas víctimas del ataque policiaco en Iguala es que, hasta la fecha, la investigación oficial no incluye el papel que jugó el Ejército durante la emboscada del 26 de septiembre, ya que los militares del 27 Batallón de Infantería, asentado en dicha localidad, estaban “como a 300 metros (del lugar de la agresión), se usaron armas de alto poder y nadie puede creer que ellos no escucharon.”

Por el contrario, destacaron, los militares de la región no se mantuvieron pasivos, sino que “intervinieron (en la emboscada contra los normalistas) de manera indirecta, sometiendo e intimidando a los estudiantes, cuando ellos debieron salir en apoyo de los estudiantes”.

Otra irregularidad en el proceder del 27 Batallón de Infantería, denunciaron los padres de los normalistas, es que aún cuando los militares sólo podían proceder ante la petición expresa de las autoridades locales, lo cual no ocurrió, sí mantenían puestos de control en las salidas carreteras de Iguala, municipio del que presuntamente fueron extraídos los 43 normalistas desaparecidos, rumbo al vecino municipio de Cocula.

“Nosotros decimos que si (los militares) no quisieron intervenir en el momento de los hechos, debieron intervenir cerrando las principales salidas de la ciudad de Iguala, y no lo hicieron. ¿Por qué? Porque son cómplices del crimen organizado. Eso queremos denunciar: el gobierno debe actuar. La Procuraduría debe abrir esa línea de investigación al ejército, que tuvo mucha participación contra los estudiantes.”

 

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