Francisco condena el “Terrorismo de Estado” / No es referencia a México

La jornada / diario19.com

 

El papa Francisco condenó el “terrorismo de Estado” que provoca “víctimas inocentes” y reiteró su rechazo a toda intervención militar sin “consenso internacional” para combatir la organización Estado Islámico.

En una conferencia de prensa celebrada en el vuelo de regreso este martes de Estrasburgo (Francia), donde celebró una breve visita a las instituciones europeas, el papa argentino se refirió a las amenazas que padece el mundo, entre ellas el “terrorismo” perpetrado por grupos extremistas como la organización ultraradical del grupo yihadista sunita.

“Cuando las cosas empeoran, la violencia sube, el Estado se siente en el deber de masacrar terroristas y por ello con frecuencia golpea a inocentes”, explicó.

“Es la anarquía a alto nivel, peligroso”, comentó tras reiterar su posición sobre ese asunto.

“Hay que luchar contra el terrorismo. Pero para detener a un agresor injusto, hay que hacerlo con el consenso internacional. Ningún país puede hacerlo por su propia cuenta”, repitió. En agosto pasado, el papa Francisco ilustró la posición de la Iglesia católica contraria a que un solo país, en particular Estados Unidos, realice ataques aéreos para impedir el avance del grupo Estado Islámico en Irak.

“Los medios con los que hay que frenar esa agresión injusta deben ser evaluados”, añadió entonces el papa.

“Yo digo frenar, no bombardear ni hacer la guerra”, recalcó.

Interrogado sobre un posible diálogo con los terroristas, Francisco reconoció que no cierra nunca la puerta.

“No hay que cerrar nunca la puerta aún si es difícil, casi imposible”, agregó.

“Es verdad, el terrorismo es una amenaza, pero también la esclavitud moderna. Es una realidad que afecta el tejido social en nuestros días. No cerremos los ojos ante ello”, afirmó.

El papa evitó responder en cambio si ha recibido amenazas durante sus viajes.

En tres días el papa cumplirá un delicado viaje a Turquía, durante el cual visitará Ankara y Estambul.

Se trata de una visita complicada debido a que el pontífice viaja a un país con mayoría musulmana, con 76 millones de habitantes, de los cuales 99 por ciento son de religión islámica (de mayoría sunita) y que vive fuertes tensiones por los conflictos en Irak y Siria, que reactivaron también los enfrentamientos entre kurdos y turcos.