Estado mexicano se burla de la protesta social / Luis Cardona

Reflexiones / Luis Cardona / diario19.com

 

Esta maraña de enredos provocada por el Estado mexicano. Éste movimiento social de coraje y encono contra el gobierno del peor presidente que haya tenido México en su historia, no alcanza para nada. Los padres de los estudiantes de la normal de Ayotzinapa, siguen sin ver a sus hijos. A ellos no les importa lo que diga Le Monde, The New York times, Miami Herlad, Il figaro, Proceso, La Jornada, El mercurio, Televisa, Tv Azteca, Milenio, diario19.com, el Papa Francisco, Mujica, Evo, Obama. Toda la presión del mundo no ha servido absolutamente de nada. Protestas, marchas, quemas de edificios, puertas de Palacio. Nada ha servido para volver a tener a sus hijos sentados en la mesa el domingo, comiendo lo que la milpa da.

Nada ha podido mover al Estado mexicano, que se burla cada día de la protesta social, ese Estado que busca mil pretextos para no definir la suerte de los jovencitos y deja a sus padres con la daga clavada. ¿Están muertos?, “mientras no nos digan seguiremos buscándolos vivos”. Pero nadie, ni ellos los encuentran. El gobierno de Peña Nieto puede encontrar a quién se proponga, menos a los normalistas.

Enrique Peña Nieto se niega a dar respuestas. Ya el procurador Murillo Karam, cansado, no es capaz siquiera de acudir a poner su cara propotente frente a ellos, Osorio Chong, envía a segundones a repetir una vez y otra vez, lo mismo. “Nos traen como calzón de puta”, dijo una señora que cada noche reza y llora con el rosario en la mano, por que su hijo esté vivo. Por que si lo piensa muerto, jamás regresará.

De qué está hecho Enrique Peña Nieto. ¿Acaso su ignorancia le permite abstraerse tanto de lo que vive México?. Este ser ha demostrado que no tiene el mínimo interés en resolver la crisis social, trae a sus hijas paseando por el mundo, a su mujer comprando casas millonarias y luciéndose en revistas superfluas. De qué esta hecha esa mujer que se enoja porque “tocan a sus esposo y sus hijos”, pero no se conduele un solo instante del dolor de la señora que va y viene en caravanas, que acude a cita tras cita con la esperanza de qué le informen que su hijo está a salvo, porque los policías se lo entregaron a uno de esos grupos criminales que mantiene el Gobierno. Ese gobierno que paga los gustos de nuevos ricos de la familia Peña Rivera. Digo nuevos, porque no lo eran. En menos de dos años, sobre la tumba de más de cinco mil personas han logrado incluso remodelar Los Pinos.

Esto es cosa de Locos. La prensa extranjera, por lo regular hecha a lo que el gobierno de Peña sugiere, como el Saving México deTime, o medios europeos dando de México una imagen absolutamente contraria a lo que realmente sucede, hoy empiezan a percibir, a raíz de Iguala, que las cosas no son como el galardonado por Francia Manlio Fabio Beltrones dice, o como lo pone Gamboa Patrón. Enrique Peña Nieto no ha salvado a México, ha entregado a México. Las finanzas a punto de colapsar por la inepttud del programa económico de Videgaray. México creciendo, si es que en verdad crece, a ritmos de cámara lenta.

México no está dolido, esta enfermo de corrupción, tiene cáncer. La metástasis llega al último rincón de la República, no importa el estrato social, en todos está inmiscuido el Crimen Organizado, evidentemente de la mano del Estado. El Chapo, La Tuta, El Mayo, Los Beltrán, no han sido más que teatros para el pueblo, quien dirige claramente a estos tipos, capataces del sistema, es el Estado.

Hace un año, recuerdo que cuando comentaba yo, sobre la ingerencia del Estado en el crimen organizado, hubo gente que se mofaba como el ofiacialista Carlos Campos, miembro de esa clase de periodistas alineados al gobierno, encabezada por Lopez Dóriga, que ahora se dice hipócritamente “conmovido” mostrando un “43” en su cuenta twitter.

El daño irreversible que Televisa ha hecho a México, a la sociedad con los montajes, uno tras otro, desde los tiempos del “Tigre” Azcárraga, seguido por su hijo y su grupo de “comunicadores”; ese daño, está hecho. Ayoztinapa es una muestra de ello, San Fernando, Veracruz, Chihuahua, Culiacán, Chiapas, Oaxaca, Colima, Nayarit, Nuevo león Tamaulipas, Sonora, Baja California.

La Nación mexicana ha sido agredida a tal grado que si no se va el Presidente de la República con todo y su gabinete, para refundar el Estado, seguiremos en manos de la Mafia, como lo ha reconocido Le monde, en Paris.

No es que sea un Estado Mafioso, es el Estado Mexicano utilizando al crimen organizado, como lo hace con otros sectores, la Banca, Industria de la Construcción, de la Transformación, el Comercio, la bolsa, etcétera, para satisfacer sus necesidades de poder y la ambición de las cabezas de los grupos de adinerados que deciden la suerte de cada uno de los mexicanos.

Temen a la violencia que provocan, pero no temen asesinar a quienes disienten. Encarcelan ipso facto, y tachan de terroristas y delincuencia organizada, a grupos identificados, y en forma selectiva apresan a sus integrantes para callar su voz “subersiva”. Pero ya no son líderes, cabezas o caudillos de movimientos quienes lideran el hartazgo; es el pueblo quien los enfrenta. Esa madre que llora a su hijo, ese ciudadano de a pie que no tiene para comprar comida, el comerciante que debe pagar cuotas además e impuestos, el empresario secuestrado, el periodista agredido. Es la nación mexicana quien exige un golpe de timón, un nuevo gobierno, y por qué no, una nueva Constitución política, porque esta de tan remendada, ya perdió sintaxis.