Desaparecidos no son botín de nadie

María Aranzazú Ayala / periódico digital

desaparecidos 2Un mensaje en 140 caracteres tiene un nombre, una fecha y una fotografía en una ficha con todos los datos.

#RT #desaparece Nayeli J Ventura Lupercio, 13 años, 11/10/2013, #Cholula #Puebla inf Tel 2224003749

Después del texto hay una liga con la foto de la niña: cara ovalada, piel morena, una banda roja estirándole el cabello negro y lacio que le llega a las mejillas, la mirada seria. Lleva dos meses desaparecida.

Los datos de Nayeli son compartidos en la cuenta de twitter @_LaAlameda, que se ha vuelto un referente ciudadano para la difusión y localización de personas desaparecidas. La cuenta le empezó José Luis a mediados de septiembre de 2012 cuando un familiar suyo, tuitero de tiempo completo, le dijo las formas en que la red de microblogging podía apoyar a la sociedad en temas desde políticos hasta solidarios.

José Luis tenía una cuenta que sólo utilizaba para leer noticias pero la idea se le quedó, insistente, en la cabeza. Primero se le ocurrió hacer una página web –que sigue existiendo pero abandonada– y abrió una cuenta en Facebook, que no tiene tanta actividad, y otra en Twitter, la cual empezó a difundir las fichas con el formato que él les daba a principios de octubre. La lista de personas desaparecidas fue creciendo, y sigue aumentando cada día cuando @_LaAlameda la actualiza. Poco a poco varios se han acercado de manera solidaria, apoyando en la difusión. Y es así que @_LaAlameda ya no es un hombre, sino que detrás de ella “estamos todos”.

 

Con más de un año de trabajo constante, la cuenta se ha convertido en una referencia ciudadana, lo que para todos los que forman parte de ella significa una gran responsabilidad.

Aunque la función de @_LaAlameda es muy básica –incluso algo “fría”, dice José Luis– pues sólo apoya difundiendo, manteniendo constantemente los datos de los desaparecidos circulando y canalizando con las instancias correspondientes, detrás de cada una de las fotografías “ay instantes, momentos felices o desgarradores que sólo los directamente vinculados conocen, pero por los que vale la pena realizar esta labor.”

Son los testimonios de los familiares de desaparecidos una de las razones más fuertes para continuar el camino de @_LaAlameda. Por sus hijos, las mamás persisten, siguen luchando para encontrarlos, y a veces con un solo retuit los familiares sienten apoyo y esperanza al ver la foto de sus seres queridos circulando en la red. Algunos familiares agradecen que los tuiteros los hayan acompañado durante todo el proceso –o que sigan, en algunos casos–, y en ocasiones se han decidido a abrir cuentas estatales para continuar buscando desaparecidos.

A través de las cuentas se ha ayudado a contactar a familiares con instancias especializadas, e incluso personas solidarias han difundido en las calles posters con las imágenes de los desaparecidos.

“Cuando alguien aparece los tuiteros se alegran, y con razón, es el pequeño respiro estimulante, la gratificación al corazón, la palmadita al alma, y es un acicate para continuar con esta labor compartida.

 

La Alameda

La foto de perfil de las cuentas es una imagen de La Alameda en el Distrito Federal: un par de bancas, un árbol, un edificio al fondo, algunas personas paseando. El nombre tenía que ser uno que se recordara con facilidad, conocido por todos, que hiciera pensar en espacios de encuentro, en espacios públicos. Entonces José Luis pensó en La Alameda por ser “el punto de encuentro por excelencia”, donde las personas pasean, ríen o lloran. Él cree que todos tenemos una Alameda privada donde viven risas y recuerdos, que nos remite a un espacio verde con los rostros difusos de los demás paseantes.

 

 

La Alameda se replica

Aunque la cuenta principal es @_LaAlameda, se han ido creando cuentas estatales para darle mayor difusión local. En un momento José Luis se dio cuenta que se promovían mayormente casos del Distrito Federal y eran muy pocas personas por cada estado, entonces pensó en los tuiteros solidarios que habían compartido la labor por más de un año de manera constante y los invitó personalmente.

Hasta ahora existen las cuentas de La Alameda en Tabasco, Chiapas, Tamaulipas, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Querétaro, Veracruz, Baja California, San Luis Potosí, Morelos, Zacatecas, Coahuila, Puebla, Baja California, Campeche, Guerrero, Tlaxcala y Estado de México, así como las de Iztacalco, Iztapalapa, Venustiano Carranza, Coyoacán (suspendida), Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero.

 

El acoso

Algunas de las cuentas han sido suspendidas y vueltas a abrir por el spam. Los ciudadanos solidarios que las manejan no culpan a nadie porque no saben si son problemas de la propia red social por el manejo de la misma o si es un ataque directo de quienes buscan detener la difusión y la lucha para encontrar a los desaparecidos. “Nunca se sabe a quién irritas”, dice José Luis. La parte más difícil y sobre todo frustrante es cuando suspenden una cuenta porque todo el trabajo se queda en pausa, tropieza, pero a pesar de ello cada administrador ha decidido seguir para que les reactiven la cuenta, y si no abren otra.

Al final lo que queda es la solidaridad y ese sentimiento de ayuda que despierta en muchos ciudadanos, el darse cuenta que está vivo, que se ha tratado de compartir y de seguir activo, porque los desaparecidos “no son banderas raídas, ni miradas difusas, ni sonrisas fallidas. Historias bordadas en las venas. No son botín de nadie.”

Texto original publicado en http://periodicodigital.com.mx/puebla