UAG: rostro de la discriminación

Kau Sirenio

 

El rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), Javier Saldaña Almazan anunció que la máxima casa de estudio del estado abrirá las puertas para los estudiantes indígenas, sin embargo el anuncio quedó en solo discurso demagógico. Tras dar a conocer la lista de aspirantes de nuevo ingreso se deja ver que no hay tal inclusión, ni siquiera aparece en la lista los estudiantes que realmente requieren de una matrícula en la universidad, para continuar con sus estudios.

El lunes 21, se dieron a conocer la relación de los jóvenes que fueron aceptados en la UAG, en varias unidades académicas publicaron hasta tres listas: la de alto porcentaje, la de diez por ciento para indígenas y para los hijos de los trabajadores de la universidad.

El recorrido empieza por la escuela de derecho, ahí se puede ver la relación el de alto porcentaje el puntaje es de 1230 y el más bajo es de 1034, mientras que la lista de diez por ciento para indígenas se observa que es la continuación es el progresivo del primero y la de los hijos de los trabajadores de la universidad, es la secuencia de la primera lista.

El caso de la Unidad Académica de Ingeniería la situación es más drástico, la dirección de esta escuela sólo publicó la relación de los aspirantes con alto porcentajes y un aviso para los hijos de trabajadores e indígenas, “Los resultados para los hijos de trabajadores e indígenas se publicarán mañana a las 9 de la mañana” se lee en el cartel. Eso fue el lunes, el viernes por la tarde el anuncio seguía ahí y nadie da la información.

Con el argumento de que los administrativos están de vacaciones, las direcciones de las escuelas cerraron y la dirección de servicios escolares al igual permanece sin servicio. Desde ese día sólo personal de seguridad  informan que no hay servicios. Los  funcionarios de la universidad se guardaron para que los rechazados no les reclamen.

Para que los aspirantes no protestaran por no lograr su espacio en la universidad, las direcciones de las unidades académicas, les canjeó su ficha por una carta compromiso en donde los candidatos a universitarios cedían sus derechos a no manifestarse en contra de los resultados de Ceneval.

Con la carta compromiso, la universidad violentó los derechos de los jóvenes indígenas y no indígenas a la libre expresión, de manifestación y de organización aunque los resultados les fueran adversos.

De lo anterior se observa que los jóvenes indígenas que aparecen en esa lista compitieron por un espacio y lo ganaron, para ellos no hubo regalía, ni canonjía por ser indígena,  sino que todos pusieron su esfuerzo, es más muchos de ellos aparecen en la primera lista y en más de un grupo encabezan los primeros lugares.

El doble discurso del rector: por un lado habla de la apertura de la universidad para los jóvenes indígenas y por el otro lo discrimina al grado de crear un gueto de indígenas al interior del campus universitario hasta exponerlo como presa de la discriminación.

La discriminación es el principal factor para que los jóvenes indígenas accedan a la educación superior sus  viacrucis empieza desde que deciden estudiar en alguna universidad, y durante la  estancia en las universidades, ahí no son escuchados, son víctimas de una serie abusos dentro de las instituciones educativas.

 

***

 

Para el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Zósimo Hernández Ramírez, la discriminación en los espacios académicos sigue siendo uno de los principales problemas que enfrentan los jóvenes indígenas para continuar con sus estudios.

Consultado por teléfono, asegura que el problema es más grave que lo ya conocido. Expone que la discriminación tiene su patrón en el rechazo de los funcionarios los gobiernos y escuelas y como consecuencia se constituye en una discriminación institucional y social: “Las instituciones discriminan a los  indígenas, y por supuesto que las universidades  más y hay veces que en su afán de abrir espacio para jóvenes indígenas terminan por discriminarlos hasta tres veces: uno por ser  joven, dos por ser indígena y tres por ser pobre, desde esta concepción vemos que el fenómeno es mucho más grande que lo que todos ya conocemos”.

Agrega el ex consultor de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) por su sigla en inglés: “La discriminación institucional, son prácticas discriminatorias hacia y contra los indígenas y urge que se vayan terminando. Había puesto, que desde la época colonial, hay una práctica de discriminación, digamos, así a grosso modo grandes cosas, ¿no?, que ha sido una práctica cotidiana en América Latina, no sólo desde la llegada de los españoles, pero que sí se acentúa más justamente con la guerra de castas en México”.

El académico indígena cuestiona que a pesar que la comunidad internacional firmó en 1945, la Carta de las Naciones Unidas (ONU), donde asume la obligación de luchar por los derechos humanos y las libertades fundamentales sean para todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexo, religión o idioma.

“Cuando no pueden acceder en igualdad de derechos a ciertos servicios o actividades sociales, cuando no pueden participar plenamente en ella, el resultado es una desigualdad económica y social que tiene repercusiones en la calidad de vida de los individuos y colectivos discriminados; va en contra de los principios que rigen teóricamente el estado democrático”, cuetiona.

Pero muy poco se ha hecho sobre este tema, la segregación racial se acentúa más para los pueblos indígenas: “Quiero mencionar que el 21 de diciembre de 1965, entró en vigor la declaración dice; ‘Es un instrumento jurídicamente vinculante, y esto me parece que es muy importante señalarlo y subrayarlo. Por su carácter jurídico, establece que se entenderá en lo sucesivo por discriminación y define la discriminación racial como toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades fundamentales”.

Durante la conversación telefónica con Zósimo Hernández, oriundo de Aserradero, municipio de Imatlán, Veracruz, cuestiona la política en México, porque dice él que nada se ha hecho por contrarrestar la política de exclusión en las universidades públicas y lo más afectados son los jóvenes indígenas.

“La adecuación y la eliminación del racismo, quiero mencionar dos cosas, un aspecto importante, la Declaración sobre Raza Prejuicio Social de la UNESCO, en 1982, dice ‘que los estados tienen la obligación de velar porque los recursos educacionales estén libres de cualquier idea racista y de discriminación, que los libros de texto deben incluir información científica y consideraciones étnicas concernientes a la unidad y a la diversidad y que ningún individuo, sin distinción, tiene derecho a rechazar a ninguna persona, que el estado debe vigilar que ningún grupo racial o étnico sea relegado a un nivel de educación o a un estándar de vida, que los libros de texto deben contener información verdadera y fidedigna sobre los diferentes grupos sociales para poder formar una imagen apegada a la realidad’ pero esta idea está muy alejada de la realidad”.

 

***

 

Gabriel García Espinoza obtuvo una ficha en la Unidad Académica de Ingeniería para estudiar la carrera de Ingeniero Topógrafo pero no apareció en la lista de los aceptados, durante dos días estuvo esperando en los pasillos de la escuela, intentó en varias ocasiones platicar con  el director pero no lo logró.

El miércoles a medio día se quedó dormido en uno de los asientos que están frente del estrado esperando los resultados. No encontró nada. A esa hora su pansa se oía el crujir de las lombrices. No había comido más que la cena de del anterior.

La vivencia del joven nahual proveniente del municipio de Hueycantenango, es la misma historia de mucho de los jóvenes indígenas, él como muchos otros jóvenes se ilusionaron con el discurso del rector, que por ser indígenas podía aspirar a una matrícula para seguir estudiando y de esa forma ayudar a sus padres pero no lo logró.