En dos entradas, en LA, Houston destrozó a Dodgers y es Campeón

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Diario 19

George Springer y los Astros de Houston se elevaron hasta la cima de la galaxia del beisbol anoche al ganar su primer campeonato de la Serie Mundial en la historia de la franquicia, tras vencer a los Dodgers de Los Angeles 5-1 en el séptimo partido.

Jugando a nombre de una ciudad en recuperación tras el huracán Harvey, y vistiendo el logo de ‘H Strong’ (Houston fuerte) en sus playeras, los Astros se llevaron a casa el premio que los había eludido desde que se dieron a conocer por vez primera como los Colt.45s en 1962.

“Siempre creí que podíamos lograrlo”, dijo el segunda base y seleccionado al Juego de Estrellasm, José Altuve. “Hicimos esto por ellos”.

Para una serie que pintaba para convertirse en un clásico de octubre, el séptimo partido pronto se convirtió en un cacharro de noviembre cuando Houston anotó cinco carreras en las primeras dos entradas ante un inefectivo Yu Darvish. Nada parecido al emocionante partido de 10 entradas presenciado por los fans de los Cachorros en Cleveland el otoño pasado.

Bueno, a excepción de todo aquel que vistió el brillante color anaranjado.

“Vamos a casa convertidos en campeones, Houston”, dijo Springer tras recibir el trofeo de Jugador Más Valioso de la Serie Mundial nombrado este año en honor a Willie Mays por primera vez.

Altuve, uno de los cuatro jugadores que aún siguen con el equipo de aquel club que perdió vergonzosamente en 111 ocasiones en el 2013 tras cambiarse de la Liga Nacional a la Liga Americana, y esta colección de jóvenes estrellas apabullaron y silenciaron a un estadio de los Dodgers desde comienzos del partido.

Normalmente como pitcher abridor, Charlie Morton terminó con cuatro estelares entradas para la victoria.

“Mantuvimos a raya a una poderosa alineación”, dijo Morton. “Para mis compañeros de equipo, para la ciudad de Houston, esto es simplemente increíble”.

Springer abrió la velada con un doblete contra Darvish, y pronto el marcador se puso 2-0. Springer consiguió su quinto jonrón —empatando la marca de la serie impuesta por Reggie Jackson e igualada por Chase Utley— cuando conectó para un récord de cuatro partidos consecutivos, poniendo el marcador 5-0 en la segunda entrada.

Eso fue demasiado para el manager de Houston A.J. Hinch. Sacó del campo al titular Lance McCullers Jr. poco después de que el famoso lanzador especializado en las curvas ponchara a su cuarto bateador del partido, luego dio comienzo a un desfile de cuatro relevistas que mantuvieron la ventaja intacta a manera que los Astros se sobreponían a un tambaleante bullpen de postemporada.

“Sabía que el día anterior no tenía mucho qué dar”, dijo McCullers. “Sabía que no podía seguir y no tenía otra opción más que seguir adelante por el tiempo que fuera necesario”.

Siempre conocidos por su estadio de estilo futurista, el Astrodome, esas extrañas playeras con un arcoíris y un puñado de desalentadoras derrotas en los playoffs, los Astros serán recordados finalmente como campeones en su 56va. temporada.

El club que porta una estrella en sus cachuchas ahora también agrega lo suyo a la colección de trofeos de Texas. Los equipos del estado de la estrella solitaria han ganado en casi todas las ternas de los deportes profesionales —El Super Bowl, títulos de la NBA y de la NHL, campeonatos en el futbol colegial, y en el basquetbol varonil y femenil— Sólo faltaba una Serie Mundial.

Cimentado en las habilidades de los seleccionados al All-Star Carlos Correa, Dallas Keuchel y otros, y luego reforzado por el sagaz intercambio de Justin Verlander, el gerente general Jeff Luhnow, nacido en México y radicado en este país por 16 años, pero de padres estadounidenses, completó el ascenso del equipo que algunos ya habían pronosticado.

Famosa es ahora la portada de la revista Sports Illustrated del 2014 —luego de que Houston perdiera más de 100 partidos por tres años consecutivos— que proclamaba: “Los campeones de la Serie Mundial del 2017” con la fotografía de Springer vistiendo una colorida playera de los Astros.

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