Personas desaparecidas en México: Ciencia, Ciudadanía, Estado y Derechos Humanos / @JaimeRochin

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La desaparición de un ser querido es indescriptible y la desaparición forzada es, sin lugar a dudas, uno de los actos más deleznables que existen. La ausencia de un ser querido es un dolor que ninguna persona debería conocer. La zozobra, la incertidumbre de no saber dónde está la hija, qué pasó con el hijo, si la hermana vive, si el padre va a volver o si la madre está sufriendo, son sentimientos que ninguna persona tendría por qué vivir.

Lamentablemente, en nuestro país son muchas, demasiadas, las familias para quienes esta situación es la realidad cotidiana; la lucha de todos los días.

A las personas conocidas y a las que me faltan por conocer, quiero expresarles mi más profunda admiración a su fortaleza; mi reconocimiento a su inquebrantable amor. En mi labor como Comisionado Presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas me encuentro con frecuencia con el reclamo desesperado de madres, de padres, de hermanas, de hermanos, de hijos e hijas. Quiero decirles con toda convicción: entiendo, acepto y asumo el reclamo.

Un trabajo serio respecto a un tema tan delicado y complejo requiere de la participación activa de la academia. Por ello, celebro la iniciativa de la Universidad Autónoma de México de realizar el Foro Internacional Personas Desaparecidas en México: Ciencia, Ciudadanía, Estado y Derechos Humano.

Este foro, en sus diversos conversatorios, convoca a algunas de las más connotadas autoridades académicas en materia de derechos humanos y personas desaparecidas, lo cual contribuye a sentar las bases para un marco conceptual de este grave fenómeno, y así definir políticas públicas para atenderlo.

Además de la participación de representantes de la academia e intelectuales, el foro convoca a importantes organizaciones de la sociedad civil, quienes compartieron sus experiencias en los diversos planos de intervención ante esta problemática.

No se puede omitir la presencia de distinguidas y distinguidos profesionales de la comunicación, así como de especialistas de diversas ramas de la medicina forense, defensoras y defensores de derechos humanos, personas expertas en materia del derecho penal especializados en el fenómeno de personas desaparecidas, familiares de víctimas de desaparición forzada, servidoras y servidores públicos, activistas sociales y artistas.

Este foro, en su carácter multidisciplinario e internacional representa una oportunidad única de generar diagnósticos, y propuestas para este tema, cuya aproximación seria es fundamental en la construcción de una sociedad más libre, más segura y más justa.

La desaparición forzada constituye un delito y, en determinadas circunstancias definidas por el derecho internacional, un crimen de lesa humanidad. Constituye un flagelo que vulnera los principios fundamentales de los derechos humanos, al fracturar la dignidad de las víctimas directas, mientras destruye la certeza y la tranquilidad de las víctimas indirectas.

La desaparición forzada trastoca la seguridad física, psicológica y jurídica de las personas que la viven y la de su entorno pues, por su gravedad, es un delito que destruye familias y comunidades, al sembrar un clima generalizado de incertidumbre y miedo que vulnera al Estado en lo más delicado y profundo: la cohesión social.

En un Estado democrático, el poder y el abuso de uno sobre otro están claramente acotados: los limita el mandato esencial que tienen las y los ciudadanos y las y los servidores públicos, de ceñirse a las leyes que dan forma a toda sociedad.

En México, la reforma constitucional de 2011 envió un mensaje claro y fuerte: el avance del respeto, la promoción y la protección de los derechos humanos no tiene marcha atrás. La Ley General de Víctimas de 2013, condensó en uno el clamor de miles de personas que exigían protección y justicia a un Estado que las había olvidado.

Las personas desaparecidas y sus familias no pueden esperar más.

La cámara de diputados aprobó que el 26 de septiembre de cada año se conmemore el día nacional contra la desaparición forzada. Alguna vez escuche la siguiente frase: “Ustedes cierran los ojos y olvidan, nosotros cerramos los ojos y recordamos”.

Seamos nosotros quienes siempre recuerden, con los ojos abiertos.