Critíca Francisco, pena de muerte y tráfico de armas en EU / Refugiados representan decisiones difíciles

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diario19.com / agencias

 

La “crisis de refugiados” sin precedentes desde la II Guerra Mundial y el drama de los inmigrantes en el continente americano representan “grandes desafíos y decisiones difíciles”, dijo este jueves el papa Francisco ante el Congreso estadounidense.

En un histórico discurso, el primero de un papa ante el Congreso estadunidense, Francisco dijo que “nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial”, en referencia a la situación en diversos países europeos.

A esa situación, apuntó el pontífice, se suma en el continente americano “las miles de personas que se ven obligadas a viajar al Norte en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades”.

Para el pontífice argentino, es necesario no dejarse “intimidar por los números”, y adoptar una respuesta que sea “justa y fraterna”, de forma de adoptar la norma de tratar “a los demás con la misma pasión y compasión con que queremos ser tratados”.

Se estima que 11 millones de inmigrantes viven en Estados Unidos en situación irregular, en su mayoría provenientes de países de América Latina.

El miércoles, durante un recorrido por Washington a bordo del papamóvil, el papa Francisco abrazó a una niña de cinco años, quien le entregó una carta relatándole la situación en que viven sus padres, bajo riesgo de ser deportados por falta de papeles en regla.

Sin embargo, las dos cámaras del Congreso estadunidense son controladas por el conservador partido Republicano, que se opone de forma frontal a una reforma del sistema migratorio para sacar de la ilegalidad a esos millones de inmigrantes.

Recen por mí, pide a los legisladores

El papa Francisco sorprendió al dirigirse en español a una enorme multitud reunida frente al Congreso estadunidense, a quienes pidió que recen por él y le deseen “cosas buenas”.

“Señor, bendice a este pueblo, bendice a cada uno de ellos, bendice a sus familias, dales lo que más necesiten, y les pido por favor a ustedes que recen por mí”, dijo Francisco, quien solicitó a “los que no creen o no pueden rezar que me deseen cosas buenas”.

Pide vigilancia contra “cualquier tipo de fundamentalismo”

El pontífice lanzó un llamado a la vigilancia contra “cualquier tipo de fundamentalismo de índole religiosa o del tipo que fuere”, y evitar la tentación del “reduccionismo simplista” de dividir la realidad entre buenos y malos.

Sostuvo que “combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de la religión” y al mismo tiempo proteger la libertad de las religiones constituye un “delicado equilibrio” que requiere del trabajo de todos.

“Tenemos que prestar atención especialmente contra cualquier tipo de fundamentalismo de índole religiosa o del tipo que fuere”, declaró ante el Congreso estadunidense.

Saluda diálogo entre enemigos, en referencia a contactos con Cuba e Irán

El papa Francisco también saludó el coraje y la audacia que se requiere para que países enfrentados inicien un diálogo de reaproximación, en una sesgada referencia a las conversaciones abiertas por Estados Unidos con viejos adversarios como Cuba e Irán.

En su discurso ante el Congreso estadounidense, Francisco no mencionó a ningún país en particular, pero ese fragmento es un guiño de apoyo a los esfuerzos del presidente Barack Obama de sellar un acuerdo con Irán sobre política nuclear y restablecer relaciones diplomáticas con Cuba.

Las dos iniciativas diplomáticas provocaron la ira de los sectores conservadores estadounidense en el Congreso, y se tornaron temas de discusión en la campaña presidencial del partido republicano.

“Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos”, dijo el pontífice.

Critica la pena de muerte y el tráfico de armas

El Papa mostró ante el Congreso de Estados Unidos su perfil más político al pedir la abolición de la pena de muerte y a acabar con el tráfico de armas.

“La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo. Esta certeza es la que me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte”, dijo Francisco, primer papa en la historia en hablar ante el Congreso en Washington.