Un cómico a la cabeza de las votaciones en Guatemala ante el hartazgo del pueblo a un sistema corrupto

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diario19.com

 

Guatemala se lanza a la campaña para la segunda vuelta electoral del 25 de octubre con el comediante Jimmy Morales a la cabeza. El país continúa conmocionado por el escándalo de corrupción que provocó la renuncia y detención del ex presidente Otto Pérez.

Morales, de 46 años, ganó la elección del domingo con 25.8% de los votos al escrutarse el 81.5 de las mesas.

El segundo puesto era disputado voto a voto entre Manuel Baldizón, con 18.6%, y la exprimera dama Sandra Torres, con 17,9%.

La elección se desarrolló en un ambiente de indignación contra la clase política ante los escándalos de corrupción, agudizados por la revelación de una banda de defraudación aduanera, destapada por la Fiscalía y la Comisión de la ONU contra la Impunidad (Cicig).

La crisis provocó la renuncia del gobernante Pérez a tan solo cuatro días de las elecciones, quien fue al ser señalado como el presunto cabecilla de la red.

Morales se perfiló como el candidato antisistema, que llega sin un plan de gobierno y con un partido, el derechista Frente de Convergencia Nacional (FCN), desprovisto de una estructura nacional.

Sin embargo, Morales sale al paso de las carencias al asegurar que su falta de experiencia en la política lo fortalece porque es el único candidato que no ha sido tachado por actos de corrupción.

Así lo expresó en sus primeras declaraciones tras la votación de domingo: “nosotros somos parte de la población que se ha hastiado, que ya no quiere más de lo mismo”.

Admitió que no tiene “una varita mágica” para resolver los problemas de los guatemaltecos, aunque dijo que centrará su gobierno en salud y educación.

“Jimmy fue el único candidato que se puede llamar externo al sistema, que responde a una lógica de ver a alguien con su primera posibilidad y que vendió un mensaje de ‘ni corrupto ni ladrón’, y la gente necesita eso”, comentó Sandino Asturias, analista del Centro de Estudios de Guatemala.

Quien asuma el poder en Guatemala el próximo 14 de enero, deberá administrar un país agobiado por la pobreza de 54% entre sus 15.8% millones de habitantes, y por la violencia, que deja unos 6 mil muertos cada año, en especial por el narcotráfico y lucha entre violentas pandillas o ‘maras’.

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