Hasta siempre querida amiga @TracyKWilkinson

Reflexiones / Luis Cardona

 

Una cosa lleva a otra. La vida siempre es impredecible. Luego de un acontecimiento que me puso al borde de la muerte a manos de gente a la que no convenía mi trabajo periodístico, fui catapultado como monito de caricatura antigua, hacia un porvenir incierto, lleno de problemas y sinsabores, sin embargo ese mismo trago amargo me llevó a conocer a personas increíbles que con su sola presencia me mostraban el camino para seguir erguido.

Una de esas personas ha sido Tracy Wilkinson. Una mujer con un corazón enorme. La conocí a través de su esposo Mike O´connor, quien fuera oficial del Comité de Protección a periodistas, uno de los primeros compañeros periodistas que me tendió la mano sin pedir nada a cambio. Mucho hablo siempre de él a quien estaré eternamente agradecido y que por desgracia nos dejó cerca de un año nuevo.

Tracy desde entonces me parecía una mujer fascinante, llena de logros propios. Una inteligente y bella mujer que ha cubierto guerras, crisis y la vida diaria en tres continentes de éste mundo inquieto que los humanos destruimos por situaciones de poder y pensamientos raciales equivocados, entre muchas cosas.

La carrera de Tracy inició en la antigua United Press International, que luego compraría Vázquez Raña con la desbandada posterior de la plantilla extranjera a finales de los ’80. Tracy cubrió entonces la guerra de la Contra en Nicaragua.

Luego de que el mexicano Vázquez Raña comprara la UPI e intentara cubrir con gente de la OEM las vacantes que dejaron los extranjeros,  Tracy se mudó a “The Times” en 1987, primero como escritora en el personal de Metro, y luego como corresponsal en el extranjero con sede en San Salvador.

En 1995, mi increíble amiga se trasladó a Viena, desde donde cubrió la guerra en los Balcanes, ganando el premio George Polk en 1999, y luego a Jerusalén. En verdad qué suerte del amigo Mike poder convivir a diario con una mujer de éste calibre. Vaya, Mike tampoco se quedaba atrás.

Después de Jesuralén, Tracy se fue a vivir y trabajar a Roma, donde cubrió a dos Papas e hizo a la vez varias temporadas en Irak.

Ya en en 2008, se convirtió en jefe de la oficina de México y Centroamérica de Los Angeles Times,  donde su cobertura fue parte de un equipo Overseas Press Club y un Premio Premio Periodismo Robert F. Kennedy, y es que su trabajo es pulcro, directo, claro y objetivo.

Recuerdo el dolor tremendo por la pérdida de su querido Mike. Algo en lo que siempre la acompañaré. Mi amiga Tracy no crean que pierde el piso, es tranquila, serena, sabe escuchar. Cuando entrega su amistad lo hace totalmente. Vaya si lo he vivido.

Tracy es de esas amigas que sabe uno que están ahí siempre, que inmediatamente responde.

Hace unos días que recibí un correo electrónico de su parte donde me comunica que deja México, sentí una gran tristeza. Aun y cuando no son frecuentes nuestros encuentros, sabemos ambos que al llamado acudimos, porque somos amigos. Muy amigos. La quiero tanto.

Otra amiga de ese estilo, británica ella,  cuando le comenté la partida de Tracy a Washington donde cubrirá ahora la política exterior de Estados Unidos, me dijo: “Bueno Luis, eso es bueno para ella. México no creo que era ya un buen lugar para que viviera”. ¿Y es que cómo pudiera estar viviendo ahora sin Mike?, nos preguntamos. Mi amiga Británica y yo nos conocimos en el Memorial de Mike en Casa Lam, un mes después de su muerte, y nos unió esa amistad tan fuerte, como el cariño que ambos sentimos por Tracy.

Definitivamente espero que mi amiga se sienta mejor en su nueva encomienda. La muerte de su pareja sin duda alguna golpeó su alma, pero su ímpetu de periodista queda intacto, más comprometido, estoy seguro, porque Tracy Wilkinson fue también ganadora en 2014 del Premio Maria Moors Cabot por la cobertura realizada de América Latina y el Caribe.

Mi Tracy, obtuvo su licenciatura en la Universidad de Vanderbilt y su libro “Exorcistas del Vaticano: Conducción fuera el diablo en el siglo 21” ha sido traducido a una docena de idiomas.

Que agradecido quedo a la vida de poder contar entre mis amistades más queridas a la inteligente y bella Tracy.

Te voy a extrañar mucho. Me duele que te vayas de México, pero estoy seguro que tu vida no tiene más que un compromiso de vocación y convicción, el periodismo.

Es en momentos como éste cuando hasta gracias doy a quienes me secuestraron en 2012 y me dejaron con vida. A partir de ahí en el nuevo inicio he conocido a gente como Tracy de la que aprendo en todos sentidos.

Admiro mucho a mi amiga. La voy a extrañar bastante. Hasta siempre Tracy Wilkinson.