Con Campa Cifrián el Mecanismo de protección a periodistas en su peor época / Cambios en la FEADLE

diario19.com / Reflexiones /Luis Cardona

 

La situación que vivimos los periodistas desplazados por la violencia en México, no se observa nada bien, luego de la entrada del Sub secretario de Derechos Humanos de la SEGOB, Roberto Campa Cifrián, de quien OSC y víctimas, esperábamos mucho más.

El Mecanismo de protección a periodistas con un trabajo casi nulo, insignificante y retardado, quizá hasta omiso, no tiene pies ni cabeza. Se dictan medidas cautelares en casos ordinarios por ciclos anuales, y la implementación tarda hasta seis meses en la instalación de una malla con serpentina de navajas que aísle nuestras casas de los agresores que portan R-15 o cuernos de chivo.

En México el Mecanismo Federal de protección no es garantía de nada, sus acciones se limitan a un botón de pánico, números telefónicos de emergencia de algunas dependencias policiales que aseguran estar pendientes de la integridad física y cuando marcas sus números, no saben de quién se trata, e inicias de nuevo la identificación.

El segundo diagnóstico realizado por OSC en el DF. Es completamente apegado a la realidad, sin embargo los reclamos, las evidencias y las estadísticas, muestran ante la opinión pública una parte del problema, porque el principal es que seguimos trabajando sin garantías, con protocolos propios que nos permiten subsistir.

Pareciera que la intención del Estado mexicano es la de hacernos cada vez más “ubicables” en vez de protegernos.

De toda esta burocracia que rodea a las víctimas, el Mecanismo de Protección a periodistas es la peor institución. Trabajan en él un grupo de personas mal dirigidas, en dos ocasiones que trabajan meses sin director o directora, dejando los programas al garete.

Campa tiene fama de ser de lo mejorcito de lo peor. Estuvo al frente de los programas de restitución del tejido social en ciudades como Juárez, donde se repartieron millones de pesos bajo la supervisión de la Universidad (UACJ), sin embargo más allá del apoyo a grupos incluso de filiación política priísta, y una Mesa de seguridad que se dedica solo a alabar el “trabajo” de las instituciones judiciales, nada ha logrado.

Se habla también de un gran capital que se diluyó en gastos poco transparentes, que ya se investigan.

La salida de Lía Limón de la Subsecretaria que hoy tiene en sus manos Campa Cifrián, auguraba cosas mejores, tras la ineptitud de la ex subsecretaria, sin embargo, el panorama ahora se observa más difícil. Durante los años tres años casi de vida del Mecanismo, se han sucedido 21 asesinatos de compañeros, un sin número de desapariciones, y una total falta de seguimiento de las medidas cautelares

La empresa que trabaja para el mecanismo en cuestiones de seguridad, pareciera solo servir para armar expedientes y tener ubicados a quienes estamos bajo su supuesto cobijo.

Mucho debe trabajar Campa Cifrián al respecto, y no se diga sobre la desprotección de los derecho humanistas, cuyo Mecanismo también los acoge.

Las presiones de quienes contamos con su “protección” irán subiendo de tono, porque éste mecanismo debe trabajar al cien por ciento. Hoy considero, la única protección que tenemos es la “buena intención” de Campa Cifrián.

Cambios en la FEADLE entra  Ricardo Nájera

Una de las instituciones que finalmente se observaba trabajando, aunque con muy escasos recursos es la Fiscalía Especializada para delitos contra la libertad de Expresión, pero me entero que para el lunes será dirigida por Ricardo Nájera, en lugar de Laura Borbolla quien ya estaba dando esperanzas en la apertura para la “coadyuvancia” y acompañamiento de los casos.

¿A partir del Lunes debemos iniciar de cero?.

De alguna manera u otra la Maestra Borbolla, estaba dando certidumbre a investigaciones y cerró algunos casos. Casos de los que no se saben detalles públicamente porque se encuentran dentro de los expedientes que no se pueden dar a conocer hasta el cumplimiento de los doce años que solicitan y firman las víctimas al inicio de los tramites de averiguaciones.

Laura Borbolla ha tenido que sortear desde el inicio situaciones de presión bastante fuertes. En lo particular no tengo más que reconocer su actitud de servicio y la empatía que mostró conmigo. Desgraciadamente el Mecanismo es el que ha fallado gravemente.

Existe quien no habla nada bien de la maestra Borbolla, porque sin duda alguna debía actuar bajo órdenes de superiores en cada caso. Sin embargo a su salida creo que la balanza se inclina hacia un trabajo digno.

Tendremos que ver ahora el trabajo de Nájera, y esperar que su llegada no sea un paso atrás en la lucha contra la impunidad en casos de periodistas en México.

Por su parte Jaime Rochín en la CEAV, inicia a inclinar la balanza en favor de la lucha de las víctimas, a pesar de las acres críticas que recibe. La burocracia dentro de la CEAV se va combatiendo y se empieza a sentir que se destraban asuntos. La ayuda que ofrece el equipo de Rochín es ahora más eficiente y redunda en mejor calidad de vida de las víctimas. Ayuda y soporte sicológicos, médicos, de rehabilitación y acompañamiento, van mejorando.

El que no circula es el Mecanismo de Protección a periodistas.