Las balas perdidas de México / Priscila Hernández

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diario19.com / Priscila Hernández / CONNECTAS

Las estadísticas de inseguridad no registran a las víctimas que quedan discapacitadas tras hechos violentos. FOTO: A.BOC/MXM

El DF es una de las entidades que más altos índices de violencia con arma de fuego presenta, y a pesar de las 1.948 denuncias que se registraron en Ciudad de México durante el 2013, no se tiene evidencia de cuales son las consecuencias que dejaron las balas perdidas en sus víctimas.

La  violencia también discapacita.

El Distrito Federal ocupa el quinto lugar en la lista de entidades donde más delitos con arma de fuego se registraron, después de Puebla, Guanajuato, Nuevo León y Chihuahua, de acuerdo con el Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal 2014. Una de las consecuencias no visibles de estas estadísticas es la discapacidad.

En un asalto, Julio César López recibió una bala perdida, “ni tan perdida”, dice en broma sobre el incidente que hace 20 años le causó paraplejia.

“Todo pasó tan rápido. No sé si me encañonaron o dispararon al aire; no sé porque éramos como seis personas”, narra con los pocos recuerdos que le quedan de ese día. Hoy trabaja por la inclusión laboral de personas con discapacidad.

En la Ciudad de México, de acuerdo con las cifras más recientes del Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal, se registraron 1.948 denuncias por presuntos delitos con arma de fuego durante 2013.

Pero 93.3% de los delitos que se registran en la capital no se denuncia por  “desconfianza” o por considerar que es una “pérdida de tiempo”, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE).

En las estadísticas sobre delitos no existe información sobre las consecuencias que provocan. No hay datos sobre cuántas personas viven con alguna discapacidad a causa de un incidente con arma de fuego o arma blanca.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre esta carencia de información en su primer Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud de 2010, donde indica que aun cuando no todas las lesiones por violencia suelen ser graves, países como México “no disponen de sistemas de vigilancia para la notificación y recopilación de estas lesiones, o estos sistemas apenas empiezan a funcionar”.

El Instituto para la Integración al Desarrollo de las Personas con Discapacidad en el DF informó —vía correo electrónico— que “no se tiene un censo del origen de la discapacidad en referencia a la (discapacidad adquirida por asalto o violencia)”. La Procuraduría de Justicia del Distrito Federal tampoco tiene registrada esta información.

La falta de estadísticas provoca que se invisibilice a las personas que adquirieron una discapacidad a causa de la violencia. Entre esos casos está el de Esmeralda, quien recibió un disparo cuando la asaltaron en el estacionamiento de un centro comercial, ocasionándole una lesión medular que le impide caminar. También está el de un joven que al defender a su mamá en un robo recibió un balazo. Ninguno de ellos acepta dar más detalles sobre lo que vivieron, por temor a que el agresor los identifique y reciban represalias.

VENCER EL MIEDO

“Tengo miedo de salir, pero también tengo hambre y si no me muevo, nadie me va a dar de comer. Tu grado de necesidad es tu grado de movimiento”, dice Julio César, quien fue herido por una bala cuando lo asaltaron.

Él dio seguimiento a la denuncia que presentó, hasta que se cansó porque “no se conseguía nada”.

En 2005, un médico le habló de la organización Vida Independiente, “dedicada a integrar social y laboralmente a las personas con discapacidad motriz”. Ahí aprendió a usar la silla de ruedas. Después de recibir la capacitación, pasó a la cancha de la colaboración; ahora coordina el área de autoempleo de la asociación civil.

De acuerdo con la ENVIPE, en 2013 el costo provocado por la inseguridad y el delito en hogares fue de 213 mil millones de pesos; 1.27% del PIB. Lo cual equivale a 5 mil 560 pesos por persona afectada por la inseguridad y el delito.

Andrés De Ita Contreras tiene 29 años, una tesis a punto de terminar y una silla de ruedas con la que se desplaza. El estudiante de enfermería y obstetricia en la UNAM cuenta que durante un asalto le dispararon y quedo tirado.

Por cuatro días, Andrés estuvo en terapia intensiva. Su condición le impidió levantar una denuncia, por lo que el delito nunca se investigó.

“En dos minutos te cambia todo”, dice Andrés y recuerda que durante mucho tiempo vivió con “mucho miedo. Era algo que dolía sicológicamente”. Después de recibir apoyo terapéutico en la Fundación Humanista de Ayuda a personas con Discapacidad (FHADI), “adquiero conciencia de mi discapacidad”, acepta.

Cinco meses después de la agresión, Andrés conoció el trabajo de Vida Independiente y comprendió que no era el único que vivía con una discapacidad adquirida. Ahora es instructor de silla de ruedas y ya puede hablar de lo que vivió, de lo que le dejó un asalto.

PARALÍTICO, POR UN DISPARO

El pasado 10 de junio, en Avenida Constituyentes, un intento de asalto terminó con una persona herida y con un diagnóstico médico de paraplejia.  Uno de los tres hombres que amenazaron a un conductor, al que querían robarle su reloj, recibió un disparo de un Policía de Investigación del DF. El herido, de 28 años, quedó tirado en el piso. Los médicos informaron que la bala dañó su columna vertebral, por lo que quedó paralítico.

AYUDA CIUDADANA

Estas son algunas de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con personas que viven con alguna discapacidad.

—Asociación Vida Independiente.

Ofrece capacitación sobre el manejo de sillas de ruedas y rehabilitación física y emocional.

Contacto: 55 4171 12 20 y 55 55 49 14 50.

—Fundación Humanista de Ayuda a personas con discapacidad.

Apoya en la rehabilitación sicológica y la capacitación laboral a personas con discapacidad motriz.

Contacto: 55 52 72 49 72.

—Grupo Altía.

Asociación Civil que trabaja para la integración de las personas con discapacidad.

Contacto: 5633 0800.


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*Este reportaje fue realizado por Priscila Hernández para MasPorMas.com (México)  en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas, proyecto impulsado por  The International Center for Journalists (ICFJ), en alianza con CONNECTAS.
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