Bajo tortura estudiante de la normal de Ayotzinapa perdió el rostro / No se la comió la “fauna nociva”

diario19.com

 

Los restos de uno de los normalistas asesinados el pasado 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, presentaba señales de tortura previo a su fallecimiento, con lo que desechó la posibilidad de que sus lesiones hayan sido provocadas por un animal, como lo aseguró la Procuraduría General de la República (PGR) en sus investigaciones, dijeron expertos de la GIEI.

Aseguraron que el cadáver de Julio César Mondragón presentaba fracturas craneales y hematomas en la parte trasera del abdomen, causas que le originaron el fallecimiento y no por supuesto ataque de un perro.

“Lo que es evidente, si me preguntan por el caso de Julio César Mondragón, es que él fue objeto de torturas con fractura craneal con lesiones internas, tanto en pulmón como hematomas que le provocaron la muerte, la autopsia señala, en pruebas científicas, antes de su muerte que hay lesiones premortem que son lesiones debidas a tortura, no hay otra explicación que responda a la causa de su muerte.

“Lo que sí sabemos es que hay heridas premortem que configuran que hay, para nosotros, un patrón de tortura y hay otras heridas postmortem que creemos que necesitan una valoración más específica, ese es el estado de la situación, como las fracturas craneales o que cause el hematoma en pulmón o en la parte trasera del abdomen”, comentó Carlos Beristain, miembro del GIEI.

Agregó que cuentan con las pruebas suficientes de la escena del crimen para la realizar una evaluación detallada, así como de las autopsias y los resultados de las mismas.